domingo, 26 de septiembre de 2010

IGNORANTES CON MICRÓFONO

Escribo estas líneas desde la más profunda indignación.
Tengo costumbre de dormirme escuchando la radio, no sé si es bueno o malo pero es lo que hago. Los fines de semana me gusta escuchar un programa que se llama “la rosa de los vientos”. No siempre lo puedo sintonizar y cuando eso ocurre busco alternativas.
Fue precisamente lo que pasó anoche. Buscando programas encontré uno en el que estaban enumerando los contenidos y anunciaron que iban a tratar el tema de las células madre aplicadas a la cura del Alzheimer. Fijé el dial y me dispuse a escuchar.
La cosa prometía. Iba bien encaminada hasta que de pronto escuché la mayor de las tonterías que un ser humano puede decir. El supuesto experto que trataba el tema derivó por otros derroteros y comentó que este tratamiento se debe coger con pinzas porque hay quien sospecha que la persona tratada con células madre podría llegar a tener recuerdos de la persona a la que pertenecían las células. Ignorante! No se puede ser más tonto.
Quién habla así es porque no tiene ni pajolera idea de lo que es una célula madre, ni de dónde sale y lo único que hace es oscurecer aún más, si es que esto es posible, todo lo que rodea a este tema. No todo el mundo que escucha la noticia tiene por qué tener una licenciatura en ciencias o ser un versado en el tema así que es muy posible que se crea a pie juntillas todo lo que le están contando y se dedique a santiguarse cada vez que en los telediarios muestren un avance en este campo.
Y es que el futuro de la medicina, no tengo ninguna duda, pasa por la investigación con células madre. Ahí está el principio del fin de muchas enfermedades devastadoras para las que actualmente sólo existe mejorar la calidad de vida del paciente. Es un trabajo duro y complicado porque además muchas enfermedades no tienen una única causa, lo que dificulta el descubrimiento de su cura.
Es un mundo nuevo lleno de vías por explorar. No se trata de crear otros seres a nuestra imagen y semejanza, ni de clonar al perro que se nos acaba de morir. Estamos hablando de algo que va mucho más allá de todo eso pero cuesta más a los científicos extender sus estudios que a los tontos hacer llegar su mensaje y seguramente tardaremos unas cuantas generaciones en aceptarlo, igual que sucedió antes con otros muchos avances, como cuando el hombre intentaba volar. Mientras unos morían en el intento otros sacaban teorías irrefutables en las que aseguraban que un artefacto más pesado que el aire nunca podría volar. Me gustaría saber que opinarían ahora si vieran lo que cruza por encima de nuestras cabezas.
Toda investigación tiene un comienzo y el hecho de que las primeras células madre provinieran de embriones no contribuyó a que se recibiera la notica de la mejor manera posible. El tema generó una gran cantidad de debates. Se crearon grupos detractores, que micrófono en mano demonizaban el nuevo descubrimiento creando grandes grupos de opinión en contra del hallazgo.
Lo peor es que la ciencia ha seguido su curso y ha realizado grandes avances mientras estos “defensores” de la ética siguen lanzando gritos al cielo estancados en aquellos primeros pasos.
Actualmente hay científicos, entre ellos el Dr. George Daley, que utilizan células adultas de piel para convertirlas en células madre en el laboratorio (si, células que extraen haciendo una pequeña biopsia en el brazo para la que apenas se requiere un poco de anestesia local). Esas mismas células, aunque muertas, que tiramos a millones cada vez que nos restregamos con la esponja en la ducha. Este gran experimento debería ser suficiente para acallar los gritos de los detractores, que siguen sumidos en su ignorancia, eso si en vez de seguir levantado el puño se dedicaran a leer las publicaciones científicas.
Falta mucho aún para que los avances que se llevan a los laboratorios vean sus frutos clínicamente pero el potencial que hay por delante es tan grande que se hace difícil de visualizar. Por eso las generaciones futuras, si les dejamos Planeta para vivir, hablaran de nosotros de la misma manera que nosotros lo hacemos ahora cuando hablamos de aquellos que juzgaron a Galileo por afirmar que la Tierra se movía. Sólo debemos decidir de qué bando queremos estar.

martes, 14 de septiembre de 2010

NO ES UNA SIMPLE REFORMA

Ayer escribía sobre la ley que prohibirá fumar en sitios públicos. Hoy me toca escribir sobre otra ley que hace que la anterior sea una pura anécdota. Me refiero, como no puede ser otra manera, a la ley de la reforma laboral. Una reforma que nadie duda de que no fuera necesaria, pero la pregunta que surge, o que por lo menos me surge a mí, es si realmente debía ser de esta manera. Una vez más, y como lamentablemente viene siendo habitual, nos toca pagar a los de siempre, nos lleva una vez más a la derrota de la clase trabajadora ¿Y qué se supone que debemos hacer? ¿Conformarnos? No sé cuantos os habréis leído la reforma. Yo sí lo he hecho. Debo reconocer que hay algunos conceptos que se me escapan, que hay conceptos legales que no domino y por tanto no logro entender, pero lo que sí me ha quedado clarísima es la base. Se nos intenta convencer que la reforma conviene a unos y a otros, trabajadores y empresarios, dos caras opuestas de la misma moneda.
Uno de los cambios más importantes introducido es en cuanto a la extinción de contratos por causas objetivas, es decir, el despido.
Con la ley anterior el tiempo de aviso al trabajador era de 30 días, con la nueva ley pasa a ser de 15 días.
La indemnización se mantiene en 20 días por año trabajado.
Si antes no se seguía el procedimiento formal el despido se declaraba nulo, ahora el despido se declara improcedente y se debe indemnizar con 45 días por año trabajado.
En definitiva, con la nueva ley se da más flexibilidad al despido y se reducen considerablemente las dificultades judiciales ya que el redactado contiene muchas imprecisiones y expresiones ambiguas. Ya no es necesario que la empresa alegue tener pérdidas económicas para justificar un despido, ahora basta con que se garantice que el despido llevará a una mejora de la entidad. Todo esto se traduce en un abaratamiento del despido, reduce los supuestos de nulidad y socializa parte de la indemnización.
Con esta ley queda patente que se culpa al trabajador de la situación de crisis que vive el país, lo que es altamente injusto para la sociedad.
A esta situación nos han llevado los últimos 15 años de barra libre para la concesión de créditos por parte de las entidades financieras y si estas hubieran actuado como lo que realmente son no habría sido necesario aplicar la toallita desmaquillante para sacar a relucir la auténtica y cruda realidad.
Basta ya de que el gobierno nos insulte comparándonos con otros países como Alemania, no existen puntos comunes a los que podamos agarrarnos. En Alemania, al igual que en otros países avanzados de Europa (Suiza, Holanda,..), tienen muchas más ayudas sociales. España está a la cola en otros muchos aspectos. Por ejemplo ponen los pelos de punta los últimos informes PISA, en los que hemos visto que países como Turquía nos han driblado sin inmutarnos.
Quizá la explicación de estos resultados en educación también haya que buscarlos en la nueva reforma. Si yo fuera estudiante, también me lo plantearía. Lo que trae la nueva ley es que con dos licenciaturas, tres idiomas y un máster se cobre la friolera de 800 €! Todo un lujo después de todo lo invertido para llegar ahí.
En definitiva y ya para acabar, concluyo con una frase de Santiago Niño Becerra respecto a la reforma: “Reducir costes laborales, pero no abordar, pienso, los auténticos problemas de la economía española en relación con su factor trabajo, ni los problemas del mercado de trabajo español”. Eso es un resumen de la reforma, ¿vendrá la contrarreforma?

lunes, 13 de septiembre de 2010

LIBRE DE HUMOS

Hay momentos que para mi no tienen precio. Momentos en los que el tiempo se te pasa volando y piensas cómo ha sido posible. Me refiero a esos momentos en los que estás a gusto de verdad, en la mesa de algún bar. No hace falta estar comiendo manjares. Con un simple bocadillo basta, si la conversación y la compañía son buenas.
Entonces, en ese momento de deleite, en alguna mesa cercana, alguien decide encenderse un cigarro. Ahí se me acaba el bienestar, especialmente cuando irremediablemente el humo te viene directamente. No lo puedo soportar. Me he vuelto intolerante, lo reconozco, pero ha sido por los abusos. ¿Quién no ha tenido que irse alguna vez de un bar por la cantidad de humo que allí había? por mis problemas de vista, tengo los ojos muy sensibles y me lloran con facilidad. Además me fastidia notar el sabor del humo en la garganta. No puede haber nada más asqueroso.
He decidido libremente no fumar y por eso no quiero hacerlo ni que sea pasivamente. No voy a meterme con los que han escogido hacerlo, allá ellos. No voy a hablar de nicotina, alquitrán, benceno o polonio…creo que la información ya es suficientemente amplia para que todos sepamos de qué hablamos.
Por eso estoy contenta de que salga una ley que me protege, porque no es una ley para que se fume menos, no, es un ley para que los que no queramos fumar, no lo hagamos. Estoy en contra de las prohibiciones pero también estoy en contra de que por el placer de uno se corten mis libertades, así que me parece bien que se ponga un límite.
En conclusión gracias a esta ley, y parafraseando un comentario del maestro esta semana, evitaré tener que ciscarme en alguien, aunque sea para mis adentros.