Con una diferencia de pocas semanas
hemos visto el centro cultural de la Llagosta lleno para ver dos funciones de teatro.
La primera fue hace unas semanas
a cargo del grupo JUMP. La más reciente, este pasado fin de semana, a cargo de
los amigos de la cultura.
Las dos con estilos muy diferentes
pero con muchos hechos en común como la voluntad, el esfuerzo y el cariño de
todos los participantes de llevar a cabo un proyecto, sin olvidar que ninguno
de ellos son profesionales, de manera totalmente altruista.
Y
puedo asegurar, porque lo he podido vivir, el esfuerzo que hay detrás de
cada una de las obras. Horas y horas de ensayo y durante muchos meses para
escribir, para aprenderse los papeles, para ensayar las obras y para que en
definitiva todo salga perfecto el día del estreno.
Personas que podrían emplear su
tiempo en otra cosa pero han decidido emplearlo en hacernos pasar un buen rato
a los demás, algo que es de agradecer en
los tiempos que corren ya que nos permiten, por un rato, olvidarnos de la realidad que nos rodea.
Hemos podido ver encima del
escenario personas de todas las edades, desde niños hasta personas más mayores.
Imagino que para todos los actores,
la recompensa final es ver el teatro lleno de gente y los aplausos al final de
las representaciones. En ese caso los dos grupos pueden sentirse orgullosos de
ello.
Hacía tiempo que, personalmente,
no veía al conserje buscando asientos libres para acomodar a la gente que iba
entrando y eso sucedió este sábado. Personas que esperaban fuera, sin entrada,
con la esperanza de que quedara alguna butaca libre.
Y es que tenemos ganas de pasarlo
bien. Tenemos ganas de olvidar los problemas diarios. Tenemos ganas de salir de
casa y encontrarnos con amigos, vecinos y conocidos para pasar un buen rato.
Por eso no es raro que, al anunciar
el fin de la función, tuviera que mirar el reloj porque me parecía mentira que
se acabara ya y comprobé que el tiempo se me había pasado volando.
Por eso quiero felicitar desde
aquí a los dos grupos y animarles. A JUMP para que sigan con el nivel al que nos
han acostumbrado. A los amigos de la cultura para que no se cansen de hacernos reír
y sigan haciendo obras de proximidad, denunciando con ironía situaciones que
nos tocan vivir cada día.
Para quien no haya tenido el
placer de verlos, le recomiendo que no se pierda los próximos estrenos. Vale la
pena.
Y antes de acabar, quiero
destacar la realidad común más importante de los dos grupos y sus obras. Las
dos han tenido lugar en nuestro centro cultural y sus componentes, no son
actores famosos, ni profesionales, pero son de La Llagosta.
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