Pues aquí seguimos. Hoy hace 2 meses justos desde que se declaró el estado de alarma. 2 meses a los que no podíamos imaginar que llegaríamos al principio de ir contando días de confinamiento,
Parece, sólo parece, que vamos viendo un poco el final de esta situación, porque no queda más remedio que recuperar la normalidad en todos los aspectos, no porque el virus esté controlado.
La humanidad ha salido a lo largo de la historia de pandemias peores, así que de esta también saldremos.
Sobre esa salida llevo unos días pensando y una cosa es lo que me gustaría que pasara y otra la que creo que pasará.
La que me gustaría que pasara es que volviéramos a una normalidad diferente a la que dejamos cuando todo esto empezó. A una normalidad fundamentada en algunas situaciones que ha provocado el estado de confinamiento y que por ende olvidaremos pasados unos meses (siendo muy optimista).
El ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra (no sé en que se basa este refrán pero mi gata aprende de cada situación y no repite en aquello que le ha causado algún problema o trastorno) y como decía que solemos tropezar dos veces, temo que volveremos a retomar hábitos y costumbres que perjudican nuestro entorno.
La población mundial de seres humanos hemos tenido que estar confinados para apreciar notablemente algunos cambios que se han producido a nuestro alrededor, no sólo ya en cuanto a la recuperación de algunos espacios por plantas y animales, sino también en cuanto a algunos aspectos sensitivos: olores o sonidos, a los que nos habíamos acostumbrado y que de pronto han desaparecido para dejar paso a otros.
Por ejemplo: mirar el cielo ahora, es mirar otro cielo (no sé si se me entiende pero solo hay que dedicar unos minutos a observarlo e incluso con los ojos cerrados se percibe ese cambio) ; escuchar el sonido de la noche es escuchar otro sonido (entre el silencio de la ausencia de coches y el de los aviones, es increíble pero es brutal como he notado que no pasan, se escucha toda la fauna que nos rodea y que siempre ha estado ahí, o por lo menos espero que haya estado); el olor del viento, huele diferente, huele a más limpio). Matices, pequeños (o grandes según se mire) cambios que sin duda nos favorecen.
Lo peor de esto es no poder salir a sentirlos en plenitud. No poder ir a la playa y ver como se han recuperado las dunas, ver como aves marinas han recuperado su espacio natural, ver como algunos caminos han sido tomados por algunas flores o hierbas que habían cedido su espacio a nuestro paso...son algunos ejemplos de lo que echo de menos.
No es lo único que echo de menos. Sigo teniendo las mismas ganas de abrazar a la gente que quiero, de compartir momentos y seguir sumando vivencias. Tengo ganas de volver al Nou Estadi y disfrutar (aunque a veces nos haga sufrir) con la gent grana. Tengo ganas de oir los gritos de la Fernanda durante el desayuno de los sábados. Tengo ganas de dar esos largos paseos por la playa con mi compañero de vida y sobretodo de hacer planes con él. Poder decidir donde vamos y cuando vamos. Aunque sea a dar la vuelta a la manzana. Tengo ganas de ir tachando de la lista todos los cafés que tengo para cuándo las fases nos lo permitan.
Y aunque hay días mejores y otros "no tan mejores", días en los que la pendiente es muy pronunciada y días en los que parece una bajada, el equilibrio es bueno y no lo estamos llevando tan mal. Hay cosas que me guardo para mi (para nosotros), que hacen que sea así.
En el aspecto político, ojalá la desescalada siga llevando su curso y podamos ir retornando poco a poco. Ojalá la oposición echara una mano al gobierno para facilitarnos las cosas a todos (si, eso es mucho pedir). De todos los protagonistas públicos, me quedo con el que creo que ha estado a la altura desde el principio, el Dr. Simón. Cuando todo esto pase, cuando podamos volver a la nueva normalidad, voy a echarlo de menos, un hombre que me cae simpático que es coherente y que está dando el callo desde el primer día, de manera incansable (aunque a veces su aspecto diga lo contrario). Lo digo en serio, ahora ya me he acostumbrado a sus comparecencias e intento escucharlas. A él y al BOE es a lo único a lo que otorgo toda la credibilidad oficial.
Y así cruzando los dedos para poder ir pasando de fase, dejo mi escrito hoy. Aprovechemos y disfrutemos mientras, los cambios que hay a nuestro alrededor. Y tomemos nota. 2 meses, esperemos que no sea mucho más.
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