El jueves de esta semana mantuve una conversación con una persona a la que aprovecho para desear mucha suerte en los dos próximos exámenes que tiene, no por que la necesite, sino por que la merece por todo el esfuerzo y trabajo realizado durante todo el año y desde aquí le vuelvo a reiterar mi ayuda, ya sabe que es sincera y espero que la utilice como lo ha hecho siempre.
Dentro del contexto en el que estábamos, tratábamos de situar las palabras aptitud y actitud a las frases que mejor se adaptaran.
Ahora, se me ocurre un ejemplo que puede ser muy gráfico para definirlas.
Imaginemos sentadas en la misma mesa a un grupo de personas independientes a las que vamos a someter a un experimento sociológico entregándoles una cierta responsabilidad. A priori, les debemos suponer ciertas aptitudes para llevar a cabo el trabajo que se les encomiende. Para la gestión del ejercicio, será una de ellas la responsable última del trabajo que se les encargue y de cómo se desenvuelvan.
Podemos analizar desde lejos las diferentes interacciones que se pueden dar entre ellas.
En el mejor de los casos, tendremos la suerte de encontrar en la mesa, personas que tengan aptitudes (o capacidades o destreza o habilidades) y además estas se acompañen de una buena actitud (o predisposición o talante o condición), con lo que la conversación se desarrollará de manera cordial y correcta, desde el respeto y la lógica y el trabajo será fluido y ágil.
El siguiente caso es el del sujeto o sujeta (en homenaje a la que se está convirtiendo en mi ídola que no ídolo ya que ella es muy femenina, por que como no creo que haya alguien tan tonto, debe tener un gran valor, además de ser ahijada de un ministro, para salir en los medios diciendo todo lo que dice) que carece de alguna aptitud pero en cambio posee una buena actitud, por lo que la falta de la primera se suple sobradamente con buen talante positivo y fuerza de voluntad. En esta situación, la conversación será más lenta pero saldrá también desde la cordialidad y el respeto y el trabajo se desarrollará sin problemas.
La última hipótesis es la que conjuga la carencia de una y de la otra. Es, sin duda, la persona más difícil de llevar. Parte de la intransigencia, la prepotencia y a veces raya la mala educación y el mal gusto. Algunos la pueden confundir con el comportamiento de un niño grande pero nada más alejado de la realidad. A parte de las aptitudes también deberíamos haber supuesto saber estar. Sin que quede lugar a dudas, esta persona hace que el trabajo sea imposible. Impone su voluntad por encima de todo y no escucha lo que las demás tengan que decir por lo que cualquier intento de conversación se hará imposible y se puede prolongar muchísimo en el tiempo. En este caso sería de sentido común sacarla de la mesa y sentar a otra persona con mejores cualidades, ya no de inteligencia, sino de carácter. Con esto estoy primando la actitud a la aptitud. Como dije al principio siempre hay una persona que es la responsable del comportamiento de los demás. Entonces la pregunta lógica que nos haríamos a continuación es, ¿por qué esa persona no debería poner remedio y permitiría que la que dificulta el trabajo y entorpece el debate que tienen las otras continuara con ellas? Mantener algo así no tendría sentido, ¿verdad?Además podríamos pensar que la persona a la que se le ha encargado el reparto de personajes carece de aptitud para mantener el orden.
Dentro del contexto en el que estábamos, tratábamos de situar las palabras aptitud y actitud a las frases que mejor se adaptaran.
Ahora, se me ocurre un ejemplo que puede ser muy gráfico para definirlas.
Imaginemos sentadas en la misma mesa a un grupo de personas independientes a las que vamos a someter a un experimento sociológico entregándoles una cierta responsabilidad. A priori, les debemos suponer ciertas aptitudes para llevar a cabo el trabajo que se les encomiende. Para la gestión del ejercicio, será una de ellas la responsable última del trabajo que se les encargue y de cómo se desenvuelvan.
Podemos analizar desde lejos las diferentes interacciones que se pueden dar entre ellas.
En el mejor de los casos, tendremos la suerte de encontrar en la mesa, personas que tengan aptitudes (o capacidades o destreza o habilidades) y además estas se acompañen de una buena actitud (o predisposición o talante o condición), con lo que la conversación se desarrollará de manera cordial y correcta, desde el respeto y la lógica y el trabajo será fluido y ágil.
El siguiente caso es el del sujeto o sujeta (en homenaje a la que se está convirtiendo en mi ídola que no ídolo ya que ella es muy femenina, por que como no creo que haya alguien tan tonto, debe tener un gran valor, además de ser ahijada de un ministro, para salir en los medios diciendo todo lo que dice) que carece de alguna aptitud pero en cambio posee una buena actitud, por lo que la falta de la primera se suple sobradamente con buen talante positivo y fuerza de voluntad. En esta situación, la conversación será más lenta pero saldrá también desde la cordialidad y el respeto y el trabajo se desarrollará sin problemas.
La última hipótesis es la que conjuga la carencia de una y de la otra. Es, sin duda, la persona más difícil de llevar. Parte de la intransigencia, la prepotencia y a veces raya la mala educación y el mal gusto. Algunos la pueden confundir con el comportamiento de un niño grande pero nada más alejado de la realidad. A parte de las aptitudes también deberíamos haber supuesto saber estar. Sin que quede lugar a dudas, esta persona hace que el trabajo sea imposible. Impone su voluntad por encima de todo y no escucha lo que las demás tengan que decir por lo que cualquier intento de conversación se hará imposible y se puede prolongar muchísimo en el tiempo. En este caso sería de sentido común sacarla de la mesa y sentar a otra persona con mejores cualidades, ya no de inteligencia, sino de carácter. Con esto estoy primando la actitud a la aptitud. Como dije al principio siempre hay una persona que es la responsable del comportamiento de los demás. Entonces la pregunta lógica que nos haríamos a continuación es, ¿por qué esa persona no debería poner remedio y permitiría que la que dificulta el trabajo y entorpece el debate que tienen las otras continuara con ellas? Mantener algo así no tendría sentido, ¿verdad?Además podríamos pensar que la persona a la que se le ha encargado el reparto de personajes carece de aptitud para mantener el orden.
Espero que después de esto las diferencias entre actitudes y aptitudes hayan quedado claras.
He leido una sola vez tu escrito y quedan muy claras las diferencias.
ResponderEliminarCómo sabes plasmar en el papel las cosas para que se entienda.
Mal está que al frente de algo esté una persona sin aptitud ni actitud, pero es mucho más lamentabñe observar que quien reparte los personajes no se percatara o posteriormente no rectificara el reparto; mal está que una persona sin aptitud y actitud domine sobre el resto de los personajes, pero mucho peor es, bajo la óptica de cualquier persona responsable, que el director mantenga al personaje en la palestra.
Pilar Cardeña Cruz
La lógica en política acostumbra ser lo ilógico en la vida común. Siempre entendimos que nos teníamos que rodear de gente con actitudes y aptitudes ejemplares, en pocas palabras de los mejores, pero el miedo a ser desbancado hace que a veces ( por desgracia muy a menudo) el líder se rodee de personajes con actitudes y aptitudes poco ejemplares y mantenidos a sabiendas, de sus pocas virtudes, es lo que hay. También sabemos aquello de que, en el país de los ciegos el tuerto es rey.
ResponderEliminarRafa.
Cierto, el miedo a ser desbancado hace que se busquen personas que no le hagan sombra, en ocasiones tambien el motivo puede ser que esos personajes cercanos tengan informacion relevante que le hagan "imprescindible" ... de todo hay.
ResponderEliminarQué razón tienen Rafa y el Sr. anónimo, al líder, si es que es un líder de verdad, no debería importarle estar rodeado de personas con buenas actitudes y aptitudes pues con ello podría alcanzar mayor notoriedad y conseguir mayores triunfos, pero claro si el lider es sólo "medio" lider, la cosa es jodida porque las personas con actitudes y aptitudes pueden hacerle sombra y eso ya no interesa, aunque el que pierda sea el conjunto de la sociedad civil
ResponderEliminarme parace interesante
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