Durante la cena a la que asistí el sábado por la noche alguien me dijo que empezaba a conocerme a través de este blog.
Un amigo al que en realidad he visto en persona tres o cuatro veces, a pesar de que hemos intercambiado algún correo electrónico, pero en cada ocasión que coincidimos tengo la sensación de que nos conocemos de toda la vida. Quizá por que hemos compartido una misma experiencia y podemos hablar de sensaciones y sentimientos que solo pueden comprender los que han vivido algo similar. Creo que es de aquellas personas que valen la pena y que siempre tiene cosas interesantes que explicar.
Curiosamente, esta noche al mirar el correo electrónico tenía uno de otro amigo en el que me hacía el mismo comentario.
El mismo comentario en un espacio de dos días y de personas diferentes.
Eso me ha hecho reflexionar y dar vueltas a algo que me ronda por la cabeza. Es cierto que quien quiera puede conocerme bien a través de mis escritos. De hecho no son más que mis pensamientos en voz alta o por escrito, en este caso.
La persona que me conoce desde siempre y es capaz de reconocerme en estos textos, me está haciendo el mejor elogio que pudiera recibir.
Esto que puede resultar extraño, en el fondo no lo es, por que yo sigo siendo la misma que era el año pasado, el anterior y el anterior, en definitiva la de antes. No he cambiado ni un ápice en mi forma de ser.
Por eso cuando en la misma cena del sábado coincido con otra persona por la que sentía aprecio y por quien siento agradecimiento por que me ayudo mucho en un momento de mi vida, aunque él no lo sabe y ahora no se si se lo llegaré a explicar algún día, y su actitud hacía mi sí ha cambiado, no puedo por menos que entristecerme. Por lo menos me descoloca por que no lo alcanzo a entender.
No soy persona de tener ídolos, nunca los he tenido. No me he desvivido por ningún actor o cantante.
En cambio, sí siento admiración por personas cercanas que valen la pena. Como ya dije en mi presentación, me gusta estar rodeada de gente de la que pueda aprender. Esto no es demasiado difícil, basta con una buena conversación.
Por ese motivo cuando admiro a alguien, por un motivo u otro, me duele cuando esa confianza se pierde.
No entiendo que decisiones que tomas en un momento de tu vida, puedan determinar el tipo de personas que debas tener a tu alrededor y los que te deben saludar y los que no, ni que personas que antes gozaban de tu amistad ahora la dejen perder.
Puedo presumir de tener grandes amigos de todas las ideologías, por que no? Cuando conozco a alguien no le pregunto, por ejemplo en que partido milita ni de que equipo de fútbol es.
No conozco la verdad absoluta, que triste sería la vida entonces, sin poder intercambiar opiniones con otras personas.
Creo que siempre hay que valorar lo que se puede ganar y lo que se deja perder y yo siempre me inclino por luchar por lo que vale la pena, aún a riesgo de perder como en esta ocasión. Pero cuando tu pones de tu parte y de la otra solo se ponen intentos piensas que el esfuerzo no es equivalente y te cansas de esperar.
Esta fue la cara y la cruz de la cena del sábado. Una cena con un fondo maravilloso y en la que hubo momentos de mucha diversión.
En conclusión, me alegra seguir siendo la misma de siempre. La que no tiene prejuicios y a la que le gusta saludar a sus amigos. Este escrito es para todos mis amigos, los de verdad, los que valen la pena, los que no me juzgan y me dan caña cuando creen que deben hacerlo sin que ello me moleste, al contrario, se lo agradezco. Gracias por estar siempre ahí y dejarme seguir aprendiendo.
Un amigo al que en realidad he visto en persona tres o cuatro veces, a pesar de que hemos intercambiado algún correo electrónico, pero en cada ocasión que coincidimos tengo la sensación de que nos conocemos de toda la vida. Quizá por que hemos compartido una misma experiencia y podemos hablar de sensaciones y sentimientos que solo pueden comprender los que han vivido algo similar. Creo que es de aquellas personas que valen la pena y que siempre tiene cosas interesantes que explicar.
Curiosamente, esta noche al mirar el correo electrónico tenía uno de otro amigo en el que me hacía el mismo comentario.
El mismo comentario en un espacio de dos días y de personas diferentes.
Eso me ha hecho reflexionar y dar vueltas a algo que me ronda por la cabeza. Es cierto que quien quiera puede conocerme bien a través de mis escritos. De hecho no son más que mis pensamientos en voz alta o por escrito, en este caso.
La persona que me conoce desde siempre y es capaz de reconocerme en estos textos, me está haciendo el mejor elogio que pudiera recibir.
Esto que puede resultar extraño, en el fondo no lo es, por que yo sigo siendo la misma que era el año pasado, el anterior y el anterior, en definitiva la de antes. No he cambiado ni un ápice en mi forma de ser.
Por eso cuando en la misma cena del sábado coincido con otra persona por la que sentía aprecio y por quien siento agradecimiento por que me ayudo mucho en un momento de mi vida, aunque él no lo sabe y ahora no se si se lo llegaré a explicar algún día, y su actitud hacía mi sí ha cambiado, no puedo por menos que entristecerme. Por lo menos me descoloca por que no lo alcanzo a entender.
No soy persona de tener ídolos, nunca los he tenido. No me he desvivido por ningún actor o cantante.
En cambio, sí siento admiración por personas cercanas que valen la pena. Como ya dije en mi presentación, me gusta estar rodeada de gente de la que pueda aprender. Esto no es demasiado difícil, basta con una buena conversación.
Por ese motivo cuando admiro a alguien, por un motivo u otro, me duele cuando esa confianza se pierde.
No entiendo que decisiones que tomas en un momento de tu vida, puedan determinar el tipo de personas que debas tener a tu alrededor y los que te deben saludar y los que no, ni que personas que antes gozaban de tu amistad ahora la dejen perder.
Puedo presumir de tener grandes amigos de todas las ideologías, por que no? Cuando conozco a alguien no le pregunto, por ejemplo en que partido milita ni de que equipo de fútbol es.
No conozco la verdad absoluta, que triste sería la vida entonces, sin poder intercambiar opiniones con otras personas.
Creo que siempre hay que valorar lo que se puede ganar y lo que se deja perder y yo siempre me inclino por luchar por lo que vale la pena, aún a riesgo de perder como en esta ocasión. Pero cuando tu pones de tu parte y de la otra solo se ponen intentos piensas que el esfuerzo no es equivalente y te cansas de esperar.
Esta fue la cara y la cruz de la cena del sábado. Una cena con un fondo maravilloso y en la que hubo momentos de mucha diversión.
En conclusión, me alegra seguir siendo la misma de siempre. La que no tiene prejuicios y a la que le gusta saludar a sus amigos. Este escrito es para todos mis amigos, los de verdad, los que valen la pena, los que no me juzgan y me dan caña cuando creen que deben hacerlo sin que ello me moleste, al contrario, se lo agradezco. Gracias por estar siempre ahí y dejarme seguir aprendiendo.
La amistad, los amigos, son palabra grandes, palabras con una trascendencia importante que nos marcan muchas veces en positivo y también en negativo, esas palabras solo tienen, para mi, la importancia que les dan sus actos y lo que se deriva de ellos y el tiempo, o sea, su duración en el mismo. Los años me han hecho valorar las amistades y e intentado distinguir a los amigos y amistades, de los conocidos y de las relaciones personales de los diferentes ámbitos donde nos movemos en cada momento de nuestra vida. El resultado para mi ha sido de tener pocos, pero muy buenos amigos, muchas y buenas relaciones y muchísimos conocidos. Mi orden en las relaciones humanas es como te las acabo de describir.
ResponderEliminarEn según en que ámbitos te muevas te encontraras con relaciones interesadas, que las descubrirás, con dolor, pero que el tiempo y la experiencia te hará que las vayas reconociendo antes que te hieran en el alma, en esta vida nos movemos entre el paraíso y la selva, todo tiene su lado positivo y negativo, pero en algunos ambientes predominan los depredadores, escaladores, oportunistas, aprovechados y otros con adjetivos que no debo agregar, tu circulas por alguno de esos ambientes, protégete, eres una mujer inteligente, (como casi todas), no pongas una coraza que te insensibilice, pero dale una importancia relativa a esas relaciones que describes en tu comentario y haz tu orden de prioridades entre los amigos, amistades y conocidos a la hora de que sus actos no puedan herir tu sensibilidad. Como siempre, me alegre mucho de verte y conversar un ratito contigo, en esa cena donde la solidaridad era uno de los ingredientes mas importantes, gracias. Un abrazo.
Rafa Martínez.
MARTA, las personas que te han escrito y coincidido en sus apreciaciones hacia tu persona también demuestran ser de una gran sensibilidad. Que una persona o personas te dejen de saludar o hablar porque ahora representes a quien representas, dice muy poco en su favor. Tú sigue siendo, como lo que eres, Marta Melgar. El tiempo coloca a cada uno en su lugar. Todo aquel que se deja manipular o se deja influenciar porque eres de una u otra ideología ¿es de fiar? ¿merece ser tu amigo/a? Por tanto, no merece la pena que pierdas un sólo segundo en pensar en ellos/as. Ojala que en la vida cotidiana y en el ámbito político hubieran muchas Marta Melgar.No cambies nunca. Pilar Cardeña Cruz
ResponderEliminarMarta sigue siendo la misma de siempre, al menos en lo que a la amistad se refiere. Aunque al principio duela el ver como algunos a los que consideras amigos te den la espalda, o se sientan incomodos contigo porque has escogido una determinada opcion ya sea politica, religiosa,futbolera... esos "amigos" en el fondo tienen un gran problema ya que realizan una seleccion de con quien estan o con quien no en funcion de como piensan ellos mismos, sin respetar lo que piensan los demas, con lo enriquecedor que es el contratse de opiniones.
ResponderEliminarYa sabes o estas conmigo o estas contra mí, por otro lado no hay que olvidar que existen algunos intereses en ir desgastando, cansando, amilanando... a algunas personas que pueden hacer sombra ¿politica ? o decir lo que piensan , y para hacer hoy dia esto ultimo hace falta tener mucho valor.
Desede aqui quiero felicitar a Pilar Cardeña por su blog, lo leo asiduamente, ahora ya no puedo participar directamente, cosa que no critico, es más eso le permite ser aún más libre de lo que és evitando así interferencias interesadas, adelante con vuestro ejercicio de la democracia , de forma directa, sin cortapisas, opinando, el pensamiento unico solo favorece a unos cuantos.
Gracias a todos por participar. En realidad este escrito ha salido como fruto de una necesidad mia por desahogarme del hecho ocurrido el sábado. Evidentemente se distinguir entre lo que son mis amigos y los conocidos. AMIGOS, tengo pocos. Seguro que los puedo contar con los dedos de una mano. Pero suelo apostar por las personas en las que creo y cuando alguna me decepciona no puedo evitar pasarlo mal. También estoy segura de que en esta vida aún no se me han acabado los palos pero no se si es algo a lo que me acostumbraré. Tambien me queda la sensación de que me queda mucho por decir, pero adaptando el refran, dos no hablan si uno no quiere.
ResponderEliminarDe todas maneras siempre me queda el consuelo de recurrir al blog.
De nuevo gracias Amigos
Marta, permíteme darle las gracias desde aquí al anónimo que sigue leyendo mi blog, personas como ud. anónimo me hicieron meditar mucho a la hora de tomar la decisión, sin embargo, debo confesarle que me siento mucho mejor desde que adopté tal postura, creo en la democracia y en la libertad de expresión. Gracias. Pilar Cardeña Cruz
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