Que el tiempo pasa volando es una
realidad fehaciente cada vez que celebramos tu cumpleaños y es que viéndote
evolucionar tan rápido los meses parecen semanas.
Este año ya te caen los seis. Ya
eres mayor. Ya te sientes mayor.
Es un año de tránsito, dejas
atrás la educación infantil, esa que te ha enseñado los colores, los días de la
semana, a escribir tu nombre, a empezar a leer e incluso a contar hasta diez en
ingles.
Entras en la educación primaria.
Vas a ir al cole de los grandes, al cole en serio, el de los deberes, el de los
exámenes pero también el de las amistades que te durarán toda la vida si las
sabes escoger.
Y lo mejor de todo es que lo
vamos a vivir a tu lado. Aún no eres consciente de lo que todos esos cambios provocan
en nosotros. Cada día esperamos una palabra nueva, una nueva expresión en tu
cara, una nueva frase y cuando nos las das vivimos de ellas una temporada.
Hasta en los momentos más flojos
eres capaz de sacarnos una risa, de hacernos olvidar las sombras y volvernos a
la luz, con ese deje, ese carácter, esas maneras que apuntas y ese desparpajo, mezclado
con esa timidez que a veces te hace enmudecer, aunque parezca imposible.
Que te gusta la Peppa pig, pues a
por ella. Que ahora toca Frozen, pues a por ella y así hasta el infinito. Que
toca jugar a médicos, pues jugamos, que nos tenemos que tomar un jarabe, lo
tomamos. Que ahora toca que seas nuestra profesora de baile, pues bailamos e
incluso somos capaces de pasar un buen rato posando para que nos hagas fotos
con una cámara que ni siquiera funciona, poniendo la mano así, ahora asá y
luego de nuevo así.
Que por la situación toca una riña, pues la asumes, con
tristeza, pero lo haces y es que tienes unos padres que te están haciendo
caminar por una línea que te va a llevar donde quieras en el futuro. Teniendo
claro lo que está bien y lo que no. Con valores y respeto.
Y es que compartir momentos a tu
lado es un lujo. Compartir la inocencia de tu mirada en un mundo de locos. La
sencillez y la lógica aplastante que le das a tu visión de la vida.
Cada año, desde que naciste, te
dedico un espacio en mi blog y a partir de ahora con la ilusión de saber que el
del próximo año, el de los siete ya lo podrás leer tu.
Seis años ya mi niña. Ojalá nadie
te quite nunca la frescura y el carácter que te hace tan especial como lo eres.
Felices seis años, Candela!!
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