Tengo este escrito preparado
desde hace unos días, casi desde que me confirmó la noticia, pero he querido
esperar a su despedida pública para publicar esto en mi blog.
En el pleno de ayer, al acabar el
orden del día y por tratarse del último pleno de la legislatura, el alcalde dio
voz a aquellos concejales que seguro ya no estarán en la próxima legislatura,
bien por ir en unos números elevados en sus listas bien por no presentarse en
ninguna candidatura.
Entre esas personas, está a quien
quiero dedicar el escrito de hoy, Adelino José Macias González.
Cuatro años es el tiempo que dura
una legislatura. Cuatro años que dan para mucho, sobre todo para conocer bien a
las personas con las que trabajas codo con codo y día tras día.
Ahora mismo y aún desconociendo
como resultará el gobierno después del 24 de mayo, lo que si se seguro es que me
va a resultar muy extraño no verlo
sentado en la mesa del pleno.
Tengo claro, muy claro, que esta
legislatura no hubiera sido lo mismo sin él. Su temple y su experiencia nos han
servido muchas veces para seguir avanzando.
Durante este tiempo en el que
hemos compartido gobierno, nos hemos sentado juntos en la mesa de las juntas de
gobierno y en la de los plenos. Hemos compartido confidencias, nervios, notas,
risas,…anécdotas que pasan a engrosar el baúl de los recuerdos.
Tengo muchas cosas que
agradecerle, entre ellas que a pesar de que él conoce y sabe muchísimo más que nadie de la
concejalía que me ha tocado gestionar, no ha intervenido en mí trabajo y me ha
dejado hacer, me ha permitido equivocarme y también acertar. Me ha aconsejado,
a veces le he hecho caso, otras no. Ha estado siempre a mi lado cuando le he
necesitado. Ha calmado mis nervios en muchas ocasiones y ha compartido mis
alegrías en otras tantas y con todo esto y sobretodo, he aprendido, mucho.
Me alegro de que a pesar de no
compartir siglas políticas hayamos sido capaces de construir juntos durante cuatro
años y ha debido ser importante porque
ahora que se acaba siento un vacio por saber que no lo vamos a compartir más,
por lo menos de la misma manera.
Es, eres grande, y no sólo por
altura, que también, sino por tus maneras, por esa educación elegante que a
veces resulta extraña en los tiempos que corren, pero que se agradece y
que absolutamente nadie puede negar, siendo esa es una de tus grandes virtudes.
Esto es sólo una despedida
política por que afortunadamente como vecinos, nos queda mucho por hacer y por
decir con esa gente tremendamente maravillosa que nos rodea. Nos quedan sobretodo, muchas tertulias y
muchas cenas por compartir.
Para acabar, simplemente,
GRACIAS.
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