Queridos amigos saharauis.
Decía mi abuela que a perro flaco todo se le vuelven
pulgas, que viene a significar algo así como que las desgracias siempre se
ceban con los más desfavorecidos, pobres o
débiles.
Y es que hasta para la ocasión en que os han sorprendido
unas fuertes lluvias torrenciales que han acabado con la mayoría de vuestras
casas de adobe, con vuestras escasas pertenencias y con los escasos alimentos
que podéis almacenar, habéis tenido mala
suerte.
Veréis por qué. Da la casualidad de que en España, en
poco más de un mes, se celebran elecciones generales. Esas en las que se debe
escoger a quienes nos gobernarán durante los próximos cuatro años y debido a
esto, tenemos a la clase política más alta, esa que toma las decisiones, esa
que tiene poder para hacer o deshacer, ocupada en preparar sus programas, actos
de campaña, fotografías y demás…y ahora pues parece que no les va muy bien
atenderos….y vosotros no podéis esperar un poco ¿verdad?
Tampoco os ha dado por cargar con vuestras cosas y empezar
a cruzar el desierto camino a Europa….os aseguro que eso os podría funcionar. Los
países se darían codazos por acogeros y por ver quién tiene la bandera de la
solidaridad más alta en el mástil, aunque tampoco sería garantía de nada. Unos
cuantos presidentes dándose la mano frente a cientos de flashes, sellando así
el reparto de no sé cuantos miles de personas por país. Que solidarios somos,
la gran Europa, la vieja Europa, se dicen unos a otros.
Pero creedme que
entiendo que no lo hagáis. Entiendo que seáis un pueblo que lucha por lo que es
suyo, un pueblo que reclama justicia desde hace ya 40 años. Un pueblo con la
dignidad más grande que yo he visto nunca. Un pueblo desalojado de su país
injustamente. Del Sahara Occidental, el cual os pertenece por derecho.
Y entiendo que para quien no haya compartido un solo
día con vosotros, seáis una noticia lejana. Otros tantos de los muchos
refugiados que hay en el mundo. A algunos les sonara vuestra historia, otros ni
la conocerán y otros cuantos más pensaran que os llaman saharauis, porque vivís
en el Sahara, lógica aplastante.
Pero no, no puedo entender ni justificar de ninguna
manera el silencio, la inactividad o la pasividad de todas aquellas personas
que de una manera u otra han tenido alguna vez contacto con vosotros. No
entiendo cómo han podido volver a su vida sin más, sin que se les haya
conmovido un poquito el alma. Como han podido olvidar la crudeza del desierto,
la intensidad de vuestra mirada, la hospitalidad que os caracteriza. Cómo no se conmueven por lo que ahora estáis
pasando. Sólo se me ocurre una explicación: no tienen alma.
Y de verdad que no siento si esto puede ofender a
quien lo pueda estar leyendo. Es más, espero provocar un poquito, remover
alguna conciencia. Si las condiciones normales no fueran ya suficientemente
duras para ser compatibles con la vida, ahora por culpa de unas lluvias
torrenciales, miles de personas se han quedado sin hogar, sin mantas, sin ropa,
sin alimentos,...sin nada!!!!
Y me siento impotente, desolada (como decía hace poco
un compañero de la asociación), y lo que me da más rabia es que no veo a nadie
en España con los cojones suficientes para poner fin a vuestra situación. No
veo a nadie capaz de dar un golpe en la mesa
y decirle a la rancia Europa que ya está bien. ¿Cuántas resoluciones
tiene que dictar la ONU para que se le haga caso?
¿Qué tiene que pasar para que volváis a estar en el telediario, para que los periodistas se hagan eco de vuestra situación, para que seáis tema de debate?
Lo más urgente ahora es que deje de llover, que podáis
volver a levantar vuestras casas de adobe y podáis ir recogiendo el material
que todas esas personas anónimas os van enviando.
Gracias al ejército argelino por estar a vuestro lado
y ser vuestro mayor apoyo en estos momentos difíciles para que podáis ir
recuperando poco a poco esa normalidad anormal que supone vivir en las
condiciones en que lo haceis
Bada galil
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