No quiero ni hacer las cuentas de cuanto tiempo hace. Por otra parte, es buena señal que tantos años hayan pasado y que los podamos seguir contando, pero me da pánico echar la vista atrás y ver lo rápido que ha sucedido todo.
Ayer, al volver a entrar al colegio, a mi primer colegio, y reencontrarme con antiguas profesoras, que siguen al pie del cañón, me envolvieron tantos y tan buenos recuerdos que sería muy difícil explicarlos.
Por unos momentos vi aquella niña con solo tres años entrar en un edificio en el que debería pasar los siguientes años de su vida.
Iba con mi “hermana” y mientras subíamos la rampa de acceso hablábamos de lo que nos íbamos a encontrar, de qué diríamos y si por casualidad nos recordarían. Alguien decía que era una tontería que fueramos, que no nos iban a recordar, y a esa persona le dije que podía ser perfectamente que despues de tantos años y tantas personas que han pasado por allí no se acordaran, pero yo si lo hacía, así que solo por ese motivo debia ir. Pero nos recordaban.
Entre un grupo de gente, una señora se me acercó y me dijo: “Tú no me conoces a mi, pero yo a ti perfectamente”. Al mirarle a la cara una imagen se formó en mi mente: “Claro que te conozco, eres la señorita Socorro”. El siguiente paso fue fundirnos en un abrazo. Y lo mismo se fue repitiendo en varios casos. ¿Cómo olvidar algún día aquellas caras que formaron una parte tan importante de tu vida? Es curioso como lo que se percibe desde la visión de un niño puede influir tantos años después y ver como aquella profesora que era tan mala malísima, hoy aún puede provocarte un escalofrío, llegando incluso a plantearte acercarte a saludarla o no.
Se vivieron unos momentos cargados de emoción, de esa que a algunos parece darles miedo sentir o peor aún vergüenza explicar.
Fue como retroceder en el tiempo y hacer una introspección en la mente para sacar aquellos recuerdos que se creían olvidados pero que están ahí, en estado latente, a la espera de una oportunidad como la de ayer para salir a la superficie.Todas esas personas que vi ayer han influido en más o menos grado en lo que soy hoy. He estado en sus manos en los años más decisivos de una persona. Hoy después de todo lo vivido, volviendo la vista atrás, se a ciencia cierta, que fui muy feliz allí.
Ayer, al volver a entrar al colegio, a mi primer colegio, y reencontrarme con antiguas profesoras, que siguen al pie del cañón, me envolvieron tantos y tan buenos recuerdos que sería muy difícil explicarlos.
Por unos momentos vi aquella niña con solo tres años entrar en un edificio en el que debería pasar los siguientes años de su vida.
Iba con mi “hermana” y mientras subíamos la rampa de acceso hablábamos de lo que nos íbamos a encontrar, de qué diríamos y si por casualidad nos recordarían. Alguien decía que era una tontería que fueramos, que no nos iban a recordar, y a esa persona le dije que podía ser perfectamente que despues de tantos años y tantas personas que han pasado por allí no se acordaran, pero yo si lo hacía, así que solo por ese motivo debia ir. Pero nos recordaban.
Entre un grupo de gente, una señora se me acercó y me dijo: “Tú no me conoces a mi, pero yo a ti perfectamente”. Al mirarle a la cara una imagen se formó en mi mente: “Claro que te conozco, eres la señorita Socorro”. El siguiente paso fue fundirnos en un abrazo. Y lo mismo se fue repitiendo en varios casos. ¿Cómo olvidar algún día aquellas caras que formaron una parte tan importante de tu vida? Es curioso como lo que se percibe desde la visión de un niño puede influir tantos años después y ver como aquella profesora que era tan mala malísima, hoy aún puede provocarte un escalofrío, llegando incluso a plantearte acercarte a saludarla o no.
Se vivieron unos momentos cargados de emoción, de esa que a algunos parece darles miedo sentir o peor aún vergüenza explicar.
Fue como retroceder en el tiempo y hacer una introspección en la mente para sacar aquellos recuerdos que se creían olvidados pero que están ahí, en estado latente, a la espera de una oportunidad como la de ayer para salir a la superficie.Todas esas personas que vi ayer han influido en más o menos grado en lo que soy hoy. He estado en sus manos en los años más decisivos de una persona. Hoy después de todo lo vivido, volviendo la vista atrás, se a ciencia cierta, que fui muy feliz allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario