¿Cuántos colores existen? Una pregunta, a priori, fácil, ¿cierto?.
Si nos paramos a pensar las posibles respuestas, veremos que las combinaciones son múltiples.
Fríamente, sin entrar en detalles de matices, tonos y luces, habrá quien nos diga que es imposible saberlo con exactitud, quien nos de una cifra aproximada e incluso quien nos diga que sólo 3. Esta última respuesta, que en principio podría parecer absurda, bien justificada puede ser perfectamente entendida. Si pensamos en que 3 son los colores primarios y que el resto es una combinación de ellos, podríamos deducir que éstos por si solos no existirían, con lo cual el principio básico de los colores parte de 3.
Ahora viene otra pregunta, ¿Quién tiene razón?. ¿Todos?, ¿Ninguno?, ¿Sólo algunos?.
Yo creo que todos. Cada uno tiene su razón y seguramente si hablaran entre ellos y se la explicaran se pondrían de acuerdo. No vale el quitar la razón a uno por que no piensa lo mismo que el otro. No vale el tu estás equivocado y punto. Ninguna razón vale más que otra si no está justificada.
¿Qué color es el azul cielo? Pues depende de cómo se imagine cada uno el cielo. Y, ¿no es cierto que el cielo tiene un color diferente cada día? Entonces, ¿cómo marcar un estándar de azul cielo?, imposible. Lo que si podemos hacer es consensuar uno y dejarlo como establecido independientemente de la visión que cada uno tenga.
De manera similar a cómo lo hacen los científicos en el sistema internacional de medida para que podamos ir hablando de voltios aquí, en la China, en Canadá y en Sudáfrica y todos entiendan perfectamente que estamos diciendo.
Lo malo es cuando alguien se empeña en que su respuesta es la única válida, en que no hay otra por muchas razones que se le puedan dar distintas a la suya. Cuando utiliza eso para lanzar ataques a los que les sigue faltando la base. Contra eso, no se puede hacer nada. No se puede ir contra el mundo por que no piense cómo tú. Lo sabio, es poder cambiar de opinión si escuchamos razones más convincentes. El no por qué no, está obsoleto. Esa, es otra de las grandes ventajas de la democracia. Esa democracia a la que este año se le rinde homenaje. No basta solo con celebrarla, lo importante es practicarla.Para acabar, no soy muy dada a los proverbios, pero no por ello dejo de leerlos, y hoy dejo uno para la reflexión. Dice: quien piensa es un sabio, quien no puede pensar es un imbécil y quien no quiere pensar es un fanático.
Si nos paramos a pensar las posibles respuestas, veremos que las combinaciones son múltiples.
Fríamente, sin entrar en detalles de matices, tonos y luces, habrá quien nos diga que es imposible saberlo con exactitud, quien nos de una cifra aproximada e incluso quien nos diga que sólo 3. Esta última respuesta, que en principio podría parecer absurda, bien justificada puede ser perfectamente entendida. Si pensamos en que 3 son los colores primarios y que el resto es una combinación de ellos, podríamos deducir que éstos por si solos no existirían, con lo cual el principio básico de los colores parte de 3.
Ahora viene otra pregunta, ¿Quién tiene razón?. ¿Todos?, ¿Ninguno?, ¿Sólo algunos?.
Yo creo que todos. Cada uno tiene su razón y seguramente si hablaran entre ellos y se la explicaran se pondrían de acuerdo. No vale el quitar la razón a uno por que no piensa lo mismo que el otro. No vale el tu estás equivocado y punto. Ninguna razón vale más que otra si no está justificada.
¿Qué color es el azul cielo? Pues depende de cómo se imagine cada uno el cielo. Y, ¿no es cierto que el cielo tiene un color diferente cada día? Entonces, ¿cómo marcar un estándar de azul cielo?, imposible. Lo que si podemos hacer es consensuar uno y dejarlo como establecido independientemente de la visión que cada uno tenga.
De manera similar a cómo lo hacen los científicos en el sistema internacional de medida para que podamos ir hablando de voltios aquí, en la China, en Canadá y en Sudáfrica y todos entiendan perfectamente que estamos diciendo.
Lo malo es cuando alguien se empeña en que su respuesta es la única válida, en que no hay otra por muchas razones que se le puedan dar distintas a la suya. Cuando utiliza eso para lanzar ataques a los que les sigue faltando la base. Contra eso, no se puede hacer nada. No se puede ir contra el mundo por que no piense cómo tú. Lo sabio, es poder cambiar de opinión si escuchamos razones más convincentes. El no por qué no, está obsoleto. Esa, es otra de las grandes ventajas de la democracia. Esa democracia a la que este año se le rinde homenaje. No basta solo con celebrarla, lo importante es practicarla.Para acabar, no soy muy dada a los proverbios, pero no por ello dejo de leerlos, y hoy dejo uno para la reflexión. Dice: quien piensa es un sabio, quien no puede pensar es un imbécil y quien no quiere pensar es un fanático.
Marta no le des más vueltas, esta muy clarito, es lo que decia el sr. Aznar, o estas conmigo o estas contra mí.
ResponderEliminarMucho llenarse la boca con la palabra democracia, pero poca practica, todo se queda en el bla, bla, bla, y detras de eso poco mas salvo intereses ¿personales ?
Si tanto insisten en que lo unico que vale es lo que ellos dicen por algo sera, no le deis mas vueltas,iran contra el mundo, contra tí, contra lo que haga falta
Les sobra prepotencia y esa sordera innata que no les permitira oir a aquellos que les avisan que van hacia el vacio en caida libre.
Gran artículo Marta.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Saludos de uno que hace puente...