Y dos, y seguro que habrán más por que esto no ha hecho más que comenzar.
Primero fue el famoso y ya debatido Plan ZP, del que ya opiné en una entrada anterior y del que en breve podremos ver los primeros pasos.
Habrá que vigilar de cerca que el principal objetivo del plan, que es la creación de nuevos puestos de trabajo se cumpla, por lo menos en la Llagosta. Veremos cuantas personaS apuntadas en la lista de desempleo de nuestro municipio consiguen salir de ella, aunque sea por un año. Seguro que lo que veremos primero serán los carteles que anuncien el inicio y final de obra, así como que nos recuerden que lo que allí se realice es fruto...del plan ZP. Afortunadamente este plan no contempla que haya que hacer una reverencia cada vez que nuestros quehaceres diarios nos hagan pasar por alguno de estos carteles.
Ahora le toca el turno al Plan E, del que de momento no se han generado demasiados debates.
Quien si ha tenido el placer de leerlo y comentarlo ha sido Paul Krugman, Premio Nobel de economía y una de las personas más buscadas en los últimos días en el mundo entero.
Oyendo sus predicciones sobre el futuro económico de España se te ponen los pelos de punta y piensas que ojalá este hombre estuviera equivocado o no tuviera ni idea de lo que dice, pero se da la circunstancia de que si sabe algo, o mucho de ello, por alguna razón le han dado el Nobel de economía.
Pero no todo puede ser tan negro ni tan blanco. Entre el optimismo desbordado del presidente Rodríguez y el pesimismo de Krugman debe existir una voz intermedia. Lo malo es que aún no la hemos oído.
Frivolizando un poco, me asalta la duda de quien narices será el que le pone los nombres a estas medidas de “soluciones” , más propios de la TIA que de un gobierno con un problema tan grave como el actual, que simplemente se podrían llamar protocolos.
Con el debate de los nombres muchos se olvidan de comentar el contenido fijándose únicamente en el continente. Con esta medida de auténtico marketing se consigue que, ideas surgidas de la precipitación y la necesidad urgente de demostrar al pueblo que se está trabajando en la crisis, pasen como grandes planes de actuación debido a la gran cantidad de titulares y portadas que acaparan.
Me pregunto que habría pasado si durante todo el tiempo que estuvieron negando la crisis y diciendo en el continente americano que la economía de España gozaba de buena salud y era un modelo a seguir en Europa, se hubiera empleado en aceptar la situación que se estaba dando y buscar medidas que evitaran llegar a la situación actual.
A este paso a nadie le va a extrañar ver en la puerta de la Moncloa una furgoneta negra y ,salir de su interior al equipo A, o a lo que quede de él, a esto le podríamos llamar plan A.
A ver si ellos son capaces de arreglar el patio.
Primero fue el famoso y ya debatido Plan ZP, del que ya opiné en una entrada anterior y del que en breve podremos ver los primeros pasos.
Habrá que vigilar de cerca que el principal objetivo del plan, que es la creación de nuevos puestos de trabajo se cumpla, por lo menos en la Llagosta. Veremos cuantas personaS apuntadas en la lista de desempleo de nuestro municipio consiguen salir de ella, aunque sea por un año. Seguro que lo que veremos primero serán los carteles que anuncien el inicio y final de obra, así como que nos recuerden que lo que allí se realice es fruto...del plan ZP. Afortunadamente este plan no contempla que haya que hacer una reverencia cada vez que nuestros quehaceres diarios nos hagan pasar por alguno de estos carteles.
Ahora le toca el turno al Plan E, del que de momento no se han generado demasiados debates.
Quien si ha tenido el placer de leerlo y comentarlo ha sido Paul Krugman, Premio Nobel de economía y una de las personas más buscadas en los últimos días en el mundo entero.
Oyendo sus predicciones sobre el futuro económico de España se te ponen los pelos de punta y piensas que ojalá este hombre estuviera equivocado o no tuviera ni idea de lo que dice, pero se da la circunstancia de que si sabe algo, o mucho de ello, por alguna razón le han dado el Nobel de economía.
Pero no todo puede ser tan negro ni tan blanco. Entre el optimismo desbordado del presidente Rodríguez y el pesimismo de Krugman debe existir una voz intermedia. Lo malo es que aún no la hemos oído.
Frivolizando un poco, me asalta la duda de quien narices será el que le pone los nombres a estas medidas de “soluciones” , más propios de la TIA que de un gobierno con un problema tan grave como el actual, que simplemente se podrían llamar protocolos.
Con el debate de los nombres muchos se olvidan de comentar el contenido fijándose únicamente en el continente. Con esta medida de auténtico marketing se consigue que, ideas surgidas de la precipitación y la necesidad urgente de demostrar al pueblo que se está trabajando en la crisis, pasen como grandes planes de actuación debido a la gran cantidad de titulares y portadas que acaparan.
Me pregunto que habría pasado si durante todo el tiempo que estuvieron negando la crisis y diciendo en el continente americano que la economía de España gozaba de buena salud y era un modelo a seguir en Europa, se hubiera empleado en aceptar la situación que se estaba dando y buscar medidas que evitaran llegar a la situación actual.
A este paso a nadie le va a extrañar ver en la puerta de la Moncloa una furgoneta negra y ,salir de su interior al equipo A, o a lo que quede de él, a esto le podríamos llamar plan A.
A ver si ellos son capaces de arreglar el patio.
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