Desde que tengo uso de razón, es la primera vez, que recuerde, que el colectivo de los autónomos se manifiesta.
Lo que hemos vivido hoy es casi histórico.
Sus quejas y reivindicaciones son fruto de muchos años de sufrir injusticias y discriminaciones negativas respecto a otros colectivos laborales.
Un autónomo no se podía poner enfermo hasta hace poco tiempo, si lo hacía no recibía la prestación correspondiente por lo menos hasta que hubieran pasado más días de los que es capaz de mantener su negocio cerrado.
Si decide cerrar no tiene derecho al paro.
Y todo esto sin mencionar la jornada laboral, que en la mayoría de los casos supera las 8 horas diarias.
Escucho en las noticias con asombro, como desde que empezó la crisis están cerrando 1000 negocios al día. Es una cifra escalofriante, sobre todo si se piensa en lo que repercute, no solo para el comerciante que ve como el negocio que un día emprendió con ilusión acaba, si no también para los empleados que se quedan en paro, pasando por los vecinos que ya no dispondrán de un comercio de proximidad.
El colectivo de los autónomos es una clase especial de persona. Acostumbrada al trato con la gente, emprendedores y luchadores.
Aplaudo las iniciativas de aquellas personas con medios para echarles una mano.
Por que quiero seguir disfrutando muchos años más de la entrañable figura del tendero de barrio y de sus calidades en el trato personal, desde aquí quiero contribuir un poco y ponerme al lado de este importante colectivo que nos ayuda a sobrellevar mejor nuestra vida cotidiana. Mi manera de ayudar es haciendo publicidad de la campaña que estos día se está llevando a cabo en “punto radio”. Para ello solo es necesario entrar en la web: www.puntoradio.com y allí firmar en el manifiesto de apoyo al autónomo. Tan fácil y sencillo.
Lo que hemos vivido hoy es casi histórico.
Sus quejas y reivindicaciones son fruto de muchos años de sufrir injusticias y discriminaciones negativas respecto a otros colectivos laborales.
Un autónomo no se podía poner enfermo hasta hace poco tiempo, si lo hacía no recibía la prestación correspondiente por lo menos hasta que hubieran pasado más días de los que es capaz de mantener su negocio cerrado.
Si decide cerrar no tiene derecho al paro.
Y todo esto sin mencionar la jornada laboral, que en la mayoría de los casos supera las 8 horas diarias.
Escucho en las noticias con asombro, como desde que empezó la crisis están cerrando 1000 negocios al día. Es una cifra escalofriante, sobre todo si se piensa en lo que repercute, no solo para el comerciante que ve como el negocio que un día emprendió con ilusión acaba, si no también para los empleados que se quedan en paro, pasando por los vecinos que ya no dispondrán de un comercio de proximidad.
El colectivo de los autónomos es una clase especial de persona. Acostumbrada al trato con la gente, emprendedores y luchadores.
Aplaudo las iniciativas de aquellas personas con medios para echarles una mano.
Por que quiero seguir disfrutando muchos años más de la entrañable figura del tendero de barrio y de sus calidades en el trato personal, desde aquí quiero contribuir un poco y ponerme al lado de este importante colectivo que nos ayuda a sobrellevar mejor nuestra vida cotidiana. Mi manera de ayudar es haciendo publicidad de la campaña que estos día se está llevando a cabo en “punto radio”. Para ello solo es necesario entrar en la web: www.puntoradio.com y allí firmar en el manifiesto de apoyo al autónomo. Tan fácil y sencillo.
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