Apenas a 30 km de La Llagosta, hay un lugar fantástico, donde todos, grandes y pequeños, podemos disfrutar de la maravillosa naturaleza.
Hoy, por primera vez, y espero que no última, he visitado el “CIM de les ÀLIGUES”.
Una visita totalmente recomendada, aunque no se tengan niños a quien llevar. Basta con tener un poco de sensibilidad para dejarse arrastrar por los animales fantásticos que allí se ven.
Buitres leonados, águilas reales, águilas de cabeza blanca, halcones, voltor, milanos, búhos reales, lechuzas,...y así un largo etcétera de especies.
Las explicaciones que ofrecen los cuidadores son sensacionales, llenas de cariño y ternura hacia quienes no tienen otra defensa que no sean ellos.
El espectáculo de vuelo pone los pelos de punta y deja callado hasta al más pintado. Por momentos no se oyen más que exclamaciones de asombro ante el majestuoso aleteo de las aves que van pasando a ras de las cabezas de los presentes, que permanecen atentos con la boca abierta.
Aves que pueden volar libres y que podrían hacerlo más tiempo si no fuera por otra especie depredadora que les acecha y pone en peligro. El humano cazador. Ese que practica el mal llamado deporte de la caza. Ese que se define como ecologista a capa y espada. Ese mismo que se podría pegar un perdigonazo donde yo le dijera.
Por su culpa, el resto, nos vemos privados del vuelo libre de esas maravillas de la naturaleza.
Durante el rato que dura la exhibición, no puedo precisar cuanto por que se hace cortísimo, aunque puede acercarse a la media hora o más, consigues olvidarte de los brotes verdes que algunos o algunas creen ver, de las subidas de IVA, esas que nos van a beneficiar a los trabajadores, del Sr. cambio climático, último acusado de ser culpable de la recesión que atraviesa el país y de tantas y tantas otras muchas cosas que nos quieren hacer creer y que desgraciadamente no remedian la situación actual.
Por eso, gracias a momentos maravillosos como el día de hoy, puedes congraciarte de nuevo con el mundo y ver que a pesar de todo hay cosas fantásticas por las que vale la pena luchar.
Hoy, por primera vez, y espero que no última, he visitado el “CIM de les ÀLIGUES”.
Una visita totalmente recomendada, aunque no se tengan niños a quien llevar. Basta con tener un poco de sensibilidad para dejarse arrastrar por los animales fantásticos que allí se ven.
Buitres leonados, águilas reales, águilas de cabeza blanca, halcones, voltor, milanos, búhos reales, lechuzas,...y así un largo etcétera de especies.
Las explicaciones que ofrecen los cuidadores son sensacionales, llenas de cariño y ternura hacia quienes no tienen otra defensa que no sean ellos.
El espectáculo de vuelo pone los pelos de punta y deja callado hasta al más pintado. Por momentos no se oyen más que exclamaciones de asombro ante el majestuoso aleteo de las aves que van pasando a ras de las cabezas de los presentes, que permanecen atentos con la boca abierta.
Aves que pueden volar libres y que podrían hacerlo más tiempo si no fuera por otra especie depredadora que les acecha y pone en peligro. El humano cazador. Ese que practica el mal llamado deporte de la caza. Ese que se define como ecologista a capa y espada. Ese mismo que se podría pegar un perdigonazo donde yo le dijera.
Por su culpa, el resto, nos vemos privados del vuelo libre de esas maravillas de la naturaleza.
Durante el rato que dura la exhibición, no puedo precisar cuanto por que se hace cortísimo, aunque puede acercarse a la media hora o más, consigues olvidarte de los brotes verdes que algunos o algunas creen ver, de las subidas de IVA, esas que nos van a beneficiar a los trabajadores, del Sr. cambio climático, último acusado de ser culpable de la recesión que atraviesa el país y de tantas y tantas otras muchas cosas que nos quieren hacer creer y que desgraciadamente no remedian la situación actual.
Por eso, gracias a momentos maravillosos como el día de hoy, puedes congraciarte de nuevo con el mundo y ver que a pesar de todo hay cosas fantásticas por las que vale la pena luchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario