domingo, 27 de noviembre de 2011

OASIS

Tenéis razón los que lleváis un tiempo reclamándome un escrito en el blog. Agradezco vuestros correos, mensajes y cara a cara. Podría decir que es por falta de tiempo, por falta de ideas o por falta de ganas pero ninguno de los casos sería del todo cierto.
Temas no me faltan, de verdad a veces me cuesta tener que contar hasta cien antes de escribir los pensamientos que me pasan por la mente. Porque las redes sociales son una gran fuente de inspiración y hay comentarios que se clavan en el alma. El último de ellos que he podido leer es de lo más absurdo, burdo y ruin. Cuando alguien escribe que ICV-EUiA “pasa” de los abuelos, que no les respeta, está utilizando una “estrategia” miserable y hay que ser o muy atrevido o muy ignorante, o las dos a partes iguales, para poder asegurar eso con tanta tranquilidad. Y yo quiero recordar que muchos golpecitos en el pecho, no demuestran nada.
Así que voy a dejar que la noria siga girando y voy a escribir sobre lo que realmente tenía pensado. Sobre cómo nos empeñamos la mayoría de los seres humanos, entre los que me encuentro, en hacer planes, en trazar las líneas que queremos seguir y dibujar nuestro futuro.
Pero ahí está siempre la realidad para recordarnos que ninguno de esos planes va a ser posible sin su consentimiento y un día, de golpe y sin previo aviso, o si y no lo has querido ver, te quita la ilusión, te enseña su lado oscuro y te borra la sonrisa, y no hablo de nada en concreto, puede ser amor, trabajo, rutina o la vida en definitiva. Es en ese cuarto oscuro donde encuentras las manos amigas, las personas de verdad, las que sabes que siempre están ahí, a tu lado. Y en el camino de vuelta descubres que todo lo que vales lo tienes tú, que nada ni nadie puede quitarte lo más preciado para ti, tú libertad, tú felicidad, tú valor, tú pensamiento, porque todo eso y mucho más, depende solo de ti. Depende de la filosofía que hayas querido darle a la vida, de la importancia que quieras darle a los problemas, de cuanto te dejas absorber por la rutina, de lo que hayas decidido disfrutar de las dificultades, de los retos y te descubres volviendo a sonreír, con ilusiones renovadas, con nuevos objetivos, con mucha fuerza mirando de frente al futuro con optimismo, con ganas.
Este año no ha sido, ni está siendo fácil. Muchos cambios importantes y poco tiempo para la reflexión, ilusiones y desilusiones, penas y alegrías, sorpresas y decepciones, todo centrifugando junto a muchas revoluciones.
Y en este paisaje, un poco de locura, aparecen pequeños oasis de paz disfrazados de tertulias golfas, con personas maravillosas, algunas ya conocidas y otras que voy descubriendo poco a poco. Aparecen oasis con caras amigas arañando minutos al reloj a la salida del trabajo. Aparecen oasis con conversaciones de los que han pasado a formar parte de mi vida, con momentos para la risa, para los problemas, para la relajación... Aparecen oasis en forma de proyectos “engrescadores” con personas “engrescadoras”.
Y se vislumbra al fondo, y cada vez más cercano, el oasis perfecto para la reflexión, el que me va a hacer recobrar de nuevo todo lo que la sociedad de la prisa me ha quitado, el que me va a dar la tranquilidad de mente, en el que tantas y tantas esperanzas e ilusiones tengo puestas….y además es el oasis de verdad. El del desierto………..Vuelvo a repetir aquel maravilloso viaje a los campamentos saharauis que supuso un punto de inflexión en mi vida, el que cambió mis prioridades, el que me enseñó a relativizar….y ahora que estoy olvidando todo lo aprendido, es el momento ideal para volverlo a recuperar, para reponer fuerzas, para volver a saborear lo que es el valor de la amistad, de los sentimientos, de las relaciones interpersonales, de la palabra, del abrazo. Volver a disfrutar de la mirada del desierto, del cielo estrellado, del silencio. De la ilusión en los ojos de todos aquellos a los que vas a ayudar pero que sin ellos saberlo te ayudan a ti.
Pero ahora juego con ventaja, sé a dónde voy y sé lo que me voy a encontrar. Sé lo que me van a enseñar y sé lo que les llevo….y lo mejor de todo lo que más me motiva…sé que ahora me esperan.