martes, 30 de marzo de 2010

¿CAMINAMOS HACIA LA SALIDA?

Es sutil, muy sutil. Casi un susurro. Un pequeño cambio que se está introduciendo poco a poco y que irá ganando terreno sin que lo notemos. Hoy un poco. Mañana un poco más. Así hasta completar el proceso. Pero si nos tiene que servir para salir adelante, benditos cambios.
Explico como una situación concreta y un momento de reflexión me ha llevado a unas conclusiones. Estoy de vacaciones, de unas creo que merecidas pero sobretodo necesitadas vacaciones.
El primer día, un pequeño susto con mi abuela hace que la tengamos que llevar de urgencias al CAP de Torredembarra. Afortunadamente esta vez todo acaba en el hospital de Santa Tecla con algo más de 12 puntos y un poco de reposo.
Seguidamente al incidente lo primero que hacemos es acudir al centro de urgencias más cercano. Coincide que es el CAP de Torredembarra. No me puedo quejar del trato, podría haber sido mejor, siempre es posible hacer más, pero a pesar de las personas que están esperando, la entran directamente en el box.
Estando allí presencio una conversación telefónica del médico de guardia. Este da todo tipo de explicaciones indicando que necesita una ambulancia para que venga a buscar a un paciente, que debe ser trasladado a su domicilio, pero no puede hacerlo con medios propios.
Por su cara y a que continúa insistiendo en explicaciones, podemos intuir que se la están denegando. Finalmente cuelga sin haber conseguido que le hagan caso.
Comentamos lo que acabamos de presenciar. Parece increíble que a un médico se le deniegue la prestación de un servicio a pesar de que hace hincapié en la gravedad de la situación. Esto deben ser los recortes, apunta alguien.
Después en silencio, mirando alrededor en la sala de espera, no es difícil hacer una valoración de la situación. Es como un pequeño espacio muestral representativo del total de una población.
Niños corriendo pasillo arriba, pasillo abajo, incansables durante dos horas, a pesar de que sus madres insisten en que están enfermos. Otra, algo más crecidita, cantando a todo volumen. Otra acosando al médico cada vez que este sale a llamar a un paciente (cosa que el tipo aguanta estoicamente sin entrar al trapo). Otros explicando, parece que para todos los que estamos allí sentados, los días que van a quedarse aquí... Todo ello en lo que se supone que es la sala de urgencias de un CAP, con las implicaciones que ello conlleva. El último lugar donde cualquiera debería odiar estar más de dos minutos.
Absorta en mis propios pensamientos enlazo ideas que me llevan a pensar en la situación en la que nos hayamos inmersos y que no, sin duda no es fácil la papeleta que tienen los que nos gobiernan frente a la misma.
Lo que si se me antoja imposible es que a mí, a una simple mortal que peca de ver y oír, allí mismo se le acabe de ocurrir una de las muchas medidas posibles para poder hacer frente a la crisis mientras que el gobierno, que cuenta con asesores expertos, trabajo por el que reciben cantidades ingentes de dinero, no lo hayan visto de la misma manera.
Como la conversación es conmigo misma, yo sola me respondo y creo que es obvio que evidentemente lo han visto pero falta voluntad y sobre todo valentía política. Que prima más anunciar a bombo y platillo medidas muy, muy populares que les garanticen la continuidad en el asiento pero que nos llevan, como a tontos, marcha atrás. Que es una memez que no sean capaces de hacer frente común todos juntos para ofrecer soluciones. Mientras, creo que las auténticas medidas, las que de verdad nos pueden sacar de esto se van tomando en la sombra, ¿por qué? Porque seguro aparecería alguien que se dedicara a hacer partidismo con ellas. Porque la demagogia ocupa las portadas del Vanity Fair. La situación es lo bastante grave y nos merecemos políticos que los de un lado de verdad hagan frente a la crisis y los del otro lado sepan respaldar las medidas. Necesitamos que tengan la capacidad necesaria de proponer medidas a priori impopulares y tener valor para explicarlas, que a largo plazo puedan resultar más productivas y sabias para el bien del país, no para el propio. Esta cosa se me antoja muy difícil en este país en el que parece que tengan que ser políticos de manual por que los serviles estarán ahí recordándoles que no se desvíen del camino marcado por unas normas absurdas no escritas y aplaudiendo cualquier tontería más que pueda ocurrírseles, por si acaso algún día…
Lo que si tenemos en España es un refranero muy sabio que dice que cuando las barbas de tu vecino veas cortar…
En estos momentos, Grecia ya no me parece tan lejana…

sábado, 27 de marzo de 2010

NO PODÍA SER DE OTRA MANERA

Que se escapan cuatro tigres de un zoológico en Canarias. Que evidentemente hay que atraparlos antes de que puedan hacer daño a alguien. Que los cuidadores no tienen dardos tranquilizantes. Que avisan a los agentes del SEPRONA (literalmente y sin ningún cinismo, acrónimo de “SERVICIO DE PROTECCIÓN A LA NATURALEZA”). Qué estos tampoco tienen dardos tranquilizantes, todo y que ya sabían cuál era su misión cuando acudieron. Pues “sólo” queda una solución. MATARLOS. A tiro limpio, sin piedad, como si estuvieran realizando unas prácticas militares. Realizaron más de cuatrocientos disparos, así que o los rifles estaban torcidos o su puntería dejaba mucho que desear.
Vergonzoso es que, a medida que se ha tenido más información sobre el suceso, se ha podido saber que los animales nunca llegaron a salir del recinto del parque. Que este estaba cerrado al público y que los animales habían nacido en cautividad lo que les confiere menos ferocidad de la que en un principio habría que asumirle a los de su especie.
Resulta curioso que fuera la propia propietaria del parque la que aconsejara abatirlos, a pesar de que los animales estaban volviendo a su jaula, de hecho uno de ellos consiguió volver…Qué mierda de situación. Lo siento pero me consume la rabia de que siempre quedemos ante los ojos del mundo de la misma manera, como unos involucionados incapaces de entender nada que no sea nosotros mismos. ¿Es que a nadie le extraña? A veces creo que las viñetas de “historias de la puta mili” reflejaban una situación más real de lo que nunca habríamos querido.
Este tipo de cosas en este país se resuelven siempre de la misma manera. Que se escapa un toro, pues lo matamos. Que nos molestan las palomas, pues las envenenamos. Que me molesta un árbol, pues lo corto. Y así hasta el infinito.
Espero realmente que quien tiene la autoridad realice una investigación a fondo y se aclare por que los propietarios del parque no estaban preparados para una situación así, que interés podían tener en querer matar a los animales y que si no se aclara la situación, les retiren la autorización de tener el parque y se lo concedan a alguien consecuente y responsable. Pero a lo mejor el matar a esos tres animales no es lo suficientemente importante como para que alguien “pierda” un poco de su tiempo.
De momento el planeta se ha quedado sin tres hermosos ejemplares, tigres de Bengala, una especie que está en peligro de extinción y que tuvieron la mala suerte de nacer en España, donde apretar el gatillo es lo más fácil y rápido y donde la naturaleza siempre ha estado en el último punto de cualquier lista.
Así, mientras nosotros nos seguimos mirando el ombligo y nos convertimos en la especie más depredadora, la Naturaleza nos va dando lecciones, otra cosa es que la queramos escuchar.
Mientras seguimos anclados en otra época, buscando aún la piedra filosofal que convierta los metales en oro y la fuente de la eterna juventud, esta misma semana se ha conocido que una especie de medusa, turritopsis nutricula, un animal compuesto por agua en un 90%, podría ser el único animal inmortal del mundo. Igual que la salamandra es capaz, por un proceso llamado transdiferenciación, de regenerar órganos amputados, esta medusa es capaz de regenerar su cuerpo entero una y otra vez. Y estos son los seres irracionales del mundo animal.
Yo no sé si los antiguos filósofos tenían razón cuando hablaban de la reencarnación. No conozco a nadie que quiera o pueda hablar de vidas anteriores, pero si existiera, cada vez tengo más claro que no quiero volver a ser humana.

domingo, 14 de marzo de 2010

DALE LIMOSNA MUJER

Un ruido ya familiar me saca del sueño. Abro los ojos y al mirar por la ventanilla me dan los buenos días las cumbres blancas de Sierra Nevada. Una visión espectacular que me recuerda que la Naturaleza siempre será más poderosa que el ser humano. Los rayos del sol matutino se reflejan en la nieve, haciendo que el día parezca más luminoso de lo que realmente es.
Ahora lo recuerdo. Me quedé dormida nada más despegar de Barcelona. El vuelo ha sido fantástico y he podido aprovechar para reponerme un poco del madrugón.
El aterrizaje sigue la misma buena tónica que el resto del vuelo. Llegamos al aeropuerto de Granada 10 minutos antes de lo previsto.
Allí nos están esperando. Primera parada, Fuentevaqueros. Después de visitar a la familia, un paseo por las calles del pueblo. Allí todo huele a Lorca. Se respira su poesía en cada calle, en cada parque, en cada plaza, en cada tienda. Delante del Ayuntamiento una imagen grandiosa del poeta nos lo muestra sentado con semblante pensativo. Desde lo alto vigila a todos sus vecinos y les recuerda que él siempre se sintió orgulloso de ser granadino, de Fuentevaqueros.
Partimos hacia la capital. Cada vez que vuelvo a Granada la encuentro más bella. Esa belleza serena de una ciudad que ha sabido evolucionar con el tiempo sin olvidar su historia, respetando sus monumentos y su casco antiguo. Esa ciudad que sabe explotar perfectamente su potencial turístico y lo hace recibiendo al visitante con los brazos abiertos.
En las calles ya se siente el ambiente de la Semana Santa. En el Ayuntamiento ya están colocados los palcos por donde desfilarán las procesiones.
Pasear por sus calles es una delicia. Fuentes con grandes caños de agua y flores, muchas flores por todas partes. Me sorprende ver que como árbol ornamental, han escogido el naranjo, haciendo cierto que Andalucía huele a azahar.
Sentados en una plaza del casco antiguo, del barrio de mi familia, revivo las historias que tantas y tantas veces he oído contar a mis abuelos. Yo nunca he vivido allí pero tengo la sensación de conocer cada piedra que piso.
Alzando la vista es fácil imaginar la majestuosidad de la Alhambra allí arriba, dominando la vista de la ciudad. Símbolo vivo de lo que un día esa ciudad fue y que aún todavía es.
Invito a todo aquel que no conozca Granada a pasear por sus calles, a cenar en la plaza Birrambla, a pasear por la Alcaicería, a revivir las mil y una noches por los patios de la Alhambra, a disfrutar paseando por el parque de Lorca con miles y miles de rosales plantados y donde se encuentra la huerta de San Vicente, tristemente famosa. A relajarse con el ruido del agua de las fuentes de los Jardines del Triunfo y a disfrutar de sus colores por la noche. A pasear por el Salón y es de obligado cumplimiento asistir a la puesta de sol desde el balcón de San Nicolás, definido por muchos como el atardecer más bello del mundo. En definitiva a disfrutar de la historia y a dejarse enamorar de su gente. Siempre, en cualquier rincón hay alguien dispuesto a explicar la historia de su ciudad.
Un sábado en Granada. Un sábado especial.
Concluyo con una frase que se puede leer en unas piezas de cerámica en el mirador del jardín de los Adarves junto a la famosa Torre de la Vela en la Alhambra. Es posible que no existan unos versos que puedan describir mejor la belleza de esta ciudad:
“Dale limosna mujer, que no hay en la vida nada, como la pena de ser ciego en Granada”.