jueves, 30 de diciembre de 2010

2011

Faltan poco más de 24 horas para acabar el 2010, algo que espero con ganas. No soy supersticiosa pero me apetece dar carpetazo a este año y empezar otro nuevo con más ganas e ilusión, haciendo borrón y cuenta nueva.
Hasta el último momento va a resultar que el 2010 me da una de cal y otra de arena ¿por qué digo esto? Pues porque el jueves 23 volviendo en coche a casa del trabajo tuve un susto con un camión en el que viví de cerquísima eso de que en un momento estás aquí y al otro has dejado de existir. Des de aquí doy las gracias al conductor del coche que venía detrás del mío. Sus reflejos me salvaron la vida. De verdad que no exagero, conseguí frenar mi coche in extremis pero cerré los ojos para no ver como el de atrás me empujaba debajo del camión, pero los reflejos de ese buen conductor, lo evitaron. Me hubiera gustado agradecérselo en persona pero imagino que su susto, igual que el mío, no le permitió parar. Por supuesto el camionero, ni se enteró de lo que había causado. Espero que nunca tenga que lamentar nada y que su actitud ante el volante en esa ocasión se debiera a un despiste fortuito y que no sea lo habitual. Esta es la de cal.
La de arena sucedió ayer y pude experimentar de nuevo la sensación de lo que supone estar en la cima de una montaña, pequeñita (1515 m) pero cima al fin y al cabo. No puedo explicar el sentimiento que me invade al estar arriba. Tuve momentos para muchos recuerdos. Durante la ascensión, una vez en la cima y durante la bajada. Observar lo que te rodea, oír el silencio, oler el bosque…La visión del Pedraforca desde la cima, su simple observación me recarga de energía.
La foto que siempre acompaña mi blog, está tomada hace ya unos cuantos años, en la cima de la Gallina Pelada (2317 m), pico de la Serra d’Ensija en el pre-Pirineo. La que acompaña este escrito es de ayer. La vuelta a la Gallina Pelada está en proyecto, para la primavera-verano, y si no falla nada, la haré dos veces. Dicen que las experiencias extremas que uno vive de pequeño le acompañan toda la vida y en este caso es verdad, siempre recuerdo la emoción de llegar a la cima y la sensación de libertad que se siente viendo el mundo desde arriba. Gracias a mi padre que no sólo me transmitió este amor a la montaña sino que además, en más de una ocasión, me permitió compartirlo con él.
La experiencia de ayer me ha dado la energía necesaria para acabar con buen pie el 2010 y entrar con fuerza en el 2011. Año en el que me he propuesto disfrutar al máximo de cada momento que pase en compañía de los que quiero, familiares y amigos.
No quiero acabar este escrito sin mencionar otro aspecto que es el 50% de mi vida. El año 2011, como ya avancé en el margen del blog, fue declarado en 2008 por la ONU como año internacional de la química. Año que además coincide con el centenario del Nobel de Química a Maria Sklodowska-Curie.
Quizá en otro escrito explique por qué convertí a esta ciencia en mi forma de ganarme la vida. En homenaje a todos aquellos a los que por un motivo u otro debo admiración, cada mes del 2011 recordaré en el margen los aniversarios de nacimiento algunos de los hombres y mujeres a los que la ciencia debe mucho. Ese será mi pequeño homenaje a todos ellos y seguro que me dejo alguno, segurísimo, sería imposible nombrarlos a todos.


Para acabar desearos a todos una buena entrada al 2011 y aunque suene a tópico ojalá este venga con un poco de cordura para todos.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

DOS AÑOS DESPUÉS

Hoy hace dos años de aquel 22 de diciembre en el que empecé a escribir en este blog.
Un tiempo que ha pasado volando.
En este escrito no voy a hacer balance de este año porque para mí ha sido sin duda negativo. Siempre lo recordaré por ser el año en el que se fue uno de los pilares de mi vida y una persona a la que añoro cada día, especialmente ahora. Por eso deseo que estas fechas pasen pronto.
Quiero agradecer vuestro interés en estos escritos, eso me anima a seguir haciéndolos.
Antes de acabar, me gustaría hacer mención especial de todas aquellas personas que me rodean. Es imposible nombrar a todas las personas a las que me siento agradecida, porque no quiero dejarme a ninguna. Así que tú, que estás leyendo esto y estas a mi lado, espero que te sientas aludido/a, sabes que eres importante para mí y agradezco enormemente tu apoyo y amistad. Gracias a ti, este año ha sido más fácil para mí y por ti he podido recuperar la sonrisa que por un tiempo creí perdida para siempre. Espero poder seguir contando contigo a mi lado mucho tiempo. Gracias!
Bon Nadal!

domingo, 19 de diciembre de 2010

INVOLUCIÓN

Este escrito va dedicado a los participantes de hoy del programa Linde y Ribera de Onda Cero y a su presentador, porque soy una integrante del colectivo ese de ecologistas que tanto han criticado hoy y que tan molesto les resulta…a ustedes.
Hubiera sido de lo más sencillo cambiar el dial pero si lo hubiera hecho así, ahora no podría estar rebatiendo sus argumentos anticuados y arcaicos.
Han dicho que no entienden a los ecologistas que están en contra de los cazadores, pero no se preocupen, es mutuo.
Han puesto el grito en el cielo por el nuevo Reglamento de Armas editado por el Ministerio de Medio Ambiente, total si entre otras cosas lo que quiere regular es que las personas con antecedentes no posean licencia de caza pero claro tal y como han dicho eso es atentar contra sus derechos y libertades.
¿Y quien defiende los derechos de las tórtolas, perdices y demás animales que ustedes matan?
A mí me gusta estar sentada en mi jardín leyendo y levantar la vista para ver como las tórtolas, con total confianza bajan a beber y a refrescarse en el cacharro que tenemos puesto para ellas, a escasos tres metros de donde estamos sentados. Cuando ustedes las matan me privan a mi también de ese derecho, ¿o es que acaso yo soy menos libre que ustedes? ¿Qué hay de mi derecho a pasear por el bosque y sentarme a oír los diferentes animales? Ahh se me olvidaba no puedo ir al bosque por que están ustedes y a lo mejor me llevo un perdigonazo por error. Bien por ustedes que cortan mi libertad.
En algo tienen razón. El arte de la caza viene de antiguo, tanto que tenemos que remontarnos al Paleolítico, a la aparición del Homo Habilis (aprox. 2.500.000 aC), por entonces las sociedades substituían a base de la caza y la agricultura, es decir, cazaban para comer.
Evidentemente las sociedades fueron avanzando, EVOLUCIONANDO, hacía conseguir otras maneras de conseguir sustento.
Incluso si nos remontamos a los salvajes indios de las praderas norteamericanas, encontramos grandes cazadores entre ellos. Hombres fuertes y valientes que iban tras las grandes manadas de búfalos que recorrían las llanuras, pero que mataban única y exclusivamente lo necesario para la supervivencia de la tribu.
¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que por alguna extraña razón, o por aquellos caprichos de la genética, hasta nuestros días han llegado algunos individuos en los que los genes de aquellos primeros cazadores siguen siendo dominantes mientras que para el resto ha desaparecido. Sólo que el resto ya nos los admiramos, ya nos los esperamos en la entrada de la cueva o dentro del Tippi para ver que comemos hoy, por que por fortuna nuestras despensas tienen lo necesario para comer sin necesidad de salir a disparar contra nada. Andan unos cuantos eslabones por detrás del resto de la sociedad.
Esta tarde en casa, ya me he hartado de oír disparos durante todo el día y como esos sonaban cercanos, he salido a ver. Debo reconocer que iba con ganas de encontrarme con alguno de esos valientes que se visten de camuflaje para matar a las tórtolas y que van con perros porque a lo mejor tampoco se atreven a acercarse cuando están abatidas en el suelo, pero no he tenido suerte, no he visto a nadie contra quien descargar toda mi ira acumulada.
Señor presentador del programa, no se esfuerce en la demagogia, no vale la pena que amenace a los políticos con la cantidad de votos que pueden perder si van contra su colectivo. A eso le respondo que pueden ganar otros tantos votos de los que pensamos que ustedes no hacen ningún bien a la sociedad.
A partir de ahora debo aprender a fiarme más del instinto de mis animales y cuando alguien no le guste a mi perro o a mi gata, no debería gustarme a mí tampoco.
Y para acabar, por favor, dejen de llamarse ecologistas a ustedes mismos, eso es algo que les va demasiado grande y un insulto a los que amamos lo que nos rodea.



sábado, 18 de diciembre de 2010

JORNADA DE REFLEXIÓN

¿Por qué escribo sobre eso ahora? Porque llevo varias semanas de reflexión sin acabar de decidirme entre contar o no como acabó la campaña de las últimas elecciones autonómicas.
Finalmente he decidido que no lo voy a hacer. Que un hecho vergonzoso no puede empañar todo lo positivo que me ha pasado durante la campaña. Que no voy a echar leña a la desidia, que con razón, envuelve a la sociedad y por que han ocurrido otras cosas positivas que me valen más la pena.
He conocido a un montón de gente interesante, gente de verdad, y se ha consolidado aún más, si eso es posible, la unión con mis compañeros de viaje. Esto no puede quedar en un segundo plano.
Normalmente suelo meditar las cosas, reflexionarlas, quizá peco de eso, cuento hasta diez y entonces decido. Es la manera de no decir cosas de las que luego pueda arrepentirme y además la lejanía me permite tener una visión más analítica de la situación.
Esta vez la cosa ha sido diferente, la lejanía no ha mejorado la situación, al contrario la empeora. Así que mejor pasar página y tragar. Eso sí con más experiencia.
Con la experiencia de:
- Haber aprendido que para algunos todo vale, sin pudor.
- Con la experiencia de que no todo es lo que parece y que quien intenta convencerte fervientemente de lo contrario a lo que parece, seguramente te está mintiendo.
- Que a mí personalmente no me merece la pena ganar a cualquier precio.
- Que hay quien se dedica a comprar voluntades o anularlas.
- Que no hay nada imprescindible.
- Que la gratitud es recíproca y por ejemplo si a uno le ha ido tan mal con sus compañeros de gobierno, pues ¿Por qué no ha roto antes con ellos? La respuesta es sencilla porque gracias a ese pacto ha podido ser presidente de la Generalitat, hecho que de otra manera no habría sido posible. Que a nadie se le olvide.
Y así podría seguir con la lista hasta llenar dos folios pero no me merece la pena ocupar la mente en esos pensamientos, por que las cosas son como son y yo no las voy a poder cambiar.
Me quedo con la satisfacción del trabajo bien hecho y el reconocimiento positivo a ese trabajo que los vecinos de la Llagosta han sabido apreciar. Lo demás el tiempo lo borrará, aunque la lección está bien asimilada y por supuesto, la jornada de reflexión cada uno la ocupa en lo que mejor sabe hacer.