viernes, 21 de diciembre de 2012
HASTA LA VISTA (en clave de humor)
sábado, 15 de diciembre de 2012
NUEVA ETAPA
martes, 23 de octubre de 2012
BASTA DE MANIPULACIONES
miércoles, 17 de octubre de 2012
EL REGALO MÁS GRANDE
miércoles, 12 de septiembre de 2012
UN AÑO MÁS LA FIESTA MAYOR
lunes, 30 de julio de 2012
BALANCE DE MEDIO AÑO
viernes, 1 de junio de 2012
martes, 17 de abril de 2012
PEDRO, ESTA VEZ LE TOCA A AITOR
Un ejemplo claro es lo que le sucedió a mi amigo Pedro Frutos, del que en más de una ocasión he hablado en este blog y que alguno ya conocéis por su magnífica labor al frente de la ONG K9 de Creixell, unidad canina de rescate y salvamento, así que esta vez no voy a hablar de la admiración que me causan personas como él.
El escrito de hoy va dedicado al compañero de Pedro. A ese que le ha acompañado por todos los rincones del mundo. Un compañero fiel que no dudaría en dar la vida por él. Su perro, Aitor.
Me contaba Pedro, este mismo domingo, que en un viaje a Argentina, una persona, después de algunos días de observación, le escribió unas letras en nombre de Aitor. Quedamos en que me las pasaría y así lo ha hecho. Después de leerlas y aún con la piel de gallina, le he pedido permiso para publicarlas aquí y sin dudar me lo ha dado.
Debo decir que yo he tenido la suerte de ver a Pedro y Aitor juntos y estoy convencida de que si el animal pudiera hablar diría exactamente lo que dice el escrito. No hay más que verlos juntos y ver el orgullo y la admiración en los ojos de Aitor y no hay más que oír a Pedro con todo lo que es, con que cariño habla de Aitor.
Pedro, en este viaje tuvo la suerte de encontrar a una persona que supo plasmar el lazo invisible que le une a Aitor y lo hizo tan bien como se lee a continuación.
Conviviendo contigo
Sé que llegue a la casa en circunstancias difíciles para ti. Pero fue obra de Dios que nos juntáramos Para brindar un servicio especial que muy pocas personas lo valoran.
Pero tranquilo amigo, para nosotros representa todo lo que somos.
Desde cachorro no hubo día que pasará sin aprender algo de ti, como esposo, como padre, como persona eres guía y formador mi compañero de tareas. me ayudaste a pulir destrezas y habilidades que genéticamente poseo.
No hace falta el habla, estamos siempre comunicados. Existen infinitas formas para saber lo que piensas. Pues donde miro siempre estas, Aún cuando no te veo, sé si estas bien o algo malo anda pasando.
Mi registro de las anécdotas y recuerdos es ilimitado, desde una hermosa sombra o a pleno sol te observo siempre
También a los que están contigo. Atento siempre. Hacia el frente, por la izquierda; pero también por derecha. Me incorporo cuando estas inquieto. No dejo de mirar hacia atrás y presto a lo que pueda venir desde arriba
Me acomodo a tus pies cuando estas tranquilo. Y camino a tu lado mientras salimos.
Muchos que dicen conocernos, nos ven a todos los de nuestra raza iguales
Y otros con tanta sabiduría preguntan ¿cuál es el nombre de tu perro?
Me considero de la familia….simplemente porque tú lo eres todo para mi. Tus seres queridos también son los míos. Y soy tan parte tuya que me alegro y sufro contigo
Me enseñaste lo que soy. Compartí contigo experiencias de trabajo, y me diplome en experiencias de vida. Tanto, tanto, que comprendí que El mundo de los hombres es inconmensurable. Pero se convierte en diminuto resumiéndose en un mensaje de texto, en una llamada telefónica o en una comunicación de radio.
Cuando el desastre se instala y hay necesidad urgente de búsqueda y rescate. Y luego se vuelve gigante, cuando comenzamos a buscar. Donde una prenda, una huella, una mancha o un simple pasar por allí de la víctima Constituyen para nosotros los caninos un instrumento de ubicación.
Con botas lustrosas, zapatillas. Entre insignias y anteojos. Con cascos y uniformes. Bajo una gran diversidad de banderas. Llegan todos, en sus lujosos vehículos al supuesto lugar de la catástrofe.
Pero sabes amigo: Sólo tú y yo vamos más allá. Donde las ruedan no pueden girar, dónde las hélices no bajan ni suben. Donde toda la mecánica y la tecnología es obsoleta y no funciona. Sabes algo más compañero:
Siento placer trabajar contigo, más aún cuando se alcanzan los objetivos propuestos.
Vamos. Ésta búsqueda finalizó por hoy; encontramos a alguien más. y mientras los otros discuten, acuerdan o difieren, formando bandos, eligiendo líderes que se acrediten este hallazgo. Llamando a la prensa, difundiendo, redactando lo que van a decir.
Yo quiero ir a casa. Tengo sed y hambre. Me hace frío, necesitamos descansar
Y perdona que lo diga una vez más: extraño la familia.
Aitor
Autor: Prof. Mercedes Anachuri
Escribí esto para Aitor, porque conviviendo con perros, veo en ellos acciones que desbordan y enajenan un sentimiento humano, no saben del odio y entienden de la necesidad.
San Salvador de Jujuy, Argentina 10 de octubre de 2009
Después de tan bellas palabras, sólo puedo añadir un nuevo agradecimiento a Pedro, Aitor y al resto de compañeros que van con ellos, por ser como son y por su labor en todo el mundo. Estas son las cosas que valen la pena.
martes, 10 de abril de 2012
UN DIA ESPECIAL
A veces no es suficiente con tener un propósito para cumplirlo. Los golpes del destino nos obligan a ir cambiando los planes a medida que los sucesos van ocurriendo y esto es justo lo que me ha pasado con este blog.
Tenía el propósito, que durante mucho tiempo he logrado cumplir, de publicar por lo menos una vez a la semana pero, últimamente, problemas personales de salud y un golpe más de la vida han hecho que no me sintiera con ánimo de escribir. Afortunadamente la salud se ha recuperado y ha quedado en un susto, en un aviso de que es necesario parar de vez en cuando y que no es necesario forzar la máquina hasta el máximo porque al final, lo que nos queda va a ser lo que disfrutemos de la vida.
Desgraciadamente el otro golpe es irreparable, se ha llevado a la persona que lideraba mi casa desde que tengo uso de razón, mi abuelo, esa persona que no levantó cabeza desde que el amor de su vida nos dejó hará ahora un par de años. Y se ha ido dejando un vacío que será muy difícil de llenar por su tremenda personalidad, por su valor, por su coraje, por su alma de luchador, por ser mi cómplice y por quererme, y aquí lo digo en primera persona, como me quería.
Pero lo ha hecho muy bien mientras ha estado con nosotros y me quedan sus recuerdos, sus valores, su forma de ser y el haber podido compartir tantas y tantas horas con él. Horas que seguro han dejado una huella profunda en mí y que de alguna manera van a hacer que el siga entre nosotros.
Pero la vida continúa y a veces ésta también te depara días tan buenos como el que he vivido. Días en los que miras al cielo y puedes sonreír sabiendo que los que te están mirando se van a sentir alegres de verte tan feliz.
Un viernes especial, rodeada de gente especial. Donde algo tan simple como un paseo por una rambla cercana al mar se convierte en algo tan agradable que no quieres que acabe.
Donde pararse a tomar un aperitivo en la terraza de un bar se convierte en uno de aquellos momentos en los que te gustaría detener el tiempo, por lo que representa. Donde hay buena conversación, sonrisas por los recuerdos, tristeza por los que no están y alegría por el futuro.
Porque estás con la gente que quieres estar en ese preciso momento, con gente que te quiere y a la que quieres.
Un círculo de personas en la que todas aportan algo.
He disfrutado con el reencuentro de los que quiero y con los nuevos encuentros, incluso he podido disfrutar de la excitación de los días previos a la cita.
Después de la despedida, siempre me surge la misma pregunta, ¿Por qué tardamos tanto en repetir algo que nos hace sentir tan bien?
No es esta una despedida dolorosa, ni mucho menos, es un hasta pronto que espero de verdad lo sea.
Us estimo a tots!.
martes, 7 de febrero de 2012
ALGO MUY PARECIDO A LO QUE YO TAMBIÉN QUIERO AHORA
Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo."
viernes, 6 de enero de 2012
NOCHE DE MAGIA
Que vienen tres personajes, que son reyes, que además son magos y lo hacen desde Oriente Medio.
Que vienen montados en unos camellos que en la mayoría de pueblos han sido sustituidos por unas espléndidas carrozas de luz y sonido.
Que son capaces de entrar en todas las casas de todos los niños del mundo cargados con regalos...y si les pones polvorones, un poco de ron y agua para los camellos, aún tienen tiempo de pararse a descansar. Las pequeñas mentes más incrédulas, aquellas que van un poco más allá y ya desde pequeñas tienen claro que lo único que existe es aquello que se puede demostrar, quieren pruebas reales de que han pasado por su casa. No es suficiente con que el cubo de los camellos esté vacio y que falten polvorones…lo que es verdaderamente importante es que hayan firmado el papel que dejaste encima de la mesa donde pides la confirmación de que han estado allí.
Aquello sí que era una verdadera prueba. El agua la puede beber cualquiera, los polvorones también, pero…ay! la firma de un rey y además mago, solo la puede hacer uno que sea de verdad.
Que tienes que ir a dormir muy temprano y no salir de la habitación en toda la noche, porque si sales y los encuentras en el comedor, se van a enfadar y se van a llevar todos los regalos que te traían.
Que durante dos semanas, como mínimo, antes de su llegada tienen ojos para vigilar como se portan todos los niños del mundo durante 24 horas al día y pobre de aquel que se porte mal…ese sólo recibirá carbón como castigo.
Y así, hasta donde la imaginación nos lleve.
Pero en toda esa noche de mentira hay algo que es lo más auténtico que seguramente alguien pueda encontrar, algo que no se puede fingir por tan real que es, algo que no podría imitar ni el mejor impostor del mundo, la verdad más absoluta y es la ilusión en la mirada de los más pequeños.
Esa mirada no miente. Sus ojos brillan, sus bocas abiertas ante la presencia de aquellos seres mágicos. Sus nervios ante la llegada inminente de las carrozas, su excitación, sus saltos de alegría, sus gritos, sus risas,…eso no tiene precio.
Y ahora, de pronto, los tienen ahí al lado, cerca, les pueden tocar y les pueden dar las cartas donde han escrito todos sus deseos. En la mayoría de los casos listas interminables de juguetes.
Ayer volví a vivir momentos muy mágicos, llenos de ilusión. También viví un momento para el recuerdo de aquellos que dejé en el desierto. Pensé en las caras de los pequeños Mafut y Jadi y en como abrirían sus enormes ojos negros si tuvieran oportunidad de ver todo aquel desplegable de luces, sonido y gente. Y los imaginé allí en medio sentados con los reyes.
Pero no pude compartir el pensamiento, me habría puesto a llorar, seguro. Por eso, para disolver ese nudo que se había formado, opté por alegrarme por todos los niños que estaban ahí viviendo un momento que seguro van a guardar en un rinconcito de su mente a lo largo de toda su vida.
De cómo a pesar del miedo, Candela, no podía apartar los ojos de aquellos personajes, no sé si tanto por lo que representaban o porque no se le acercaran y de cómo Aitana daba botes de alegría y sonreía y sonreía y con sus expresivos ojos nos decía: “mirarlos, están ahí y son de verdad”.
Ellas, como todos los niños que ayer vivieron la noche más esperada y mágica del año.
Pensé en lo afortunados que son y la suerte que aún no saben que tienen, lo que espero que también esos reyes magos se encarguen de explicarles y hacerles ver.
A estas horas los monarcas, ya habrán iniciado el camino de regreso a casa, después de una noche que seguro habrá sido larga. Sólo queda esperar que el año que viene vuelvan a venir cargados, sino de regalos, si de la misma ilusión y magia que ese gordito colorado que no habla castellano, no les podrá robar jamás.
Y los reyes van a existir durante muchos años, mientras exista un solo niño en el mundo que tenga la ilusión y la esperanza puesta en su venida…y mientras exista un abuelo de casi 90 años que los espere con la misma ilusión y espere su regalo con los mismos ojos vidriosos.
Dijo Einstein: “Hay dos formas de ver la vida: una creer que no existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro.”