martes, 28 de abril de 2020

ESTADO DE ALARMA 5: Feliz cumpleaños!

Cuando pensamos en el día de nuestro cumpleaños, nos lo imaginamos siempre como un día feliz. Nos sentimos afortunados y abrumados por  recibir infinitas muestras de cariño. Con los años se diluyen las emociones de los regalos, la fiesta, el pastel y te conformas con estar con las personas que quieres. Pero claro, eso es con la edad. Cuando cumples 11 años lo que te apetece es celebrarlo, en el parque, en tu casa o donde tus padres hayan decidido.  Pero diviertiendote con tus amigos. Este año muchos cumpleaños se han visto empañados por la situación de confinamiento que estamos viviendo. Y te ha tocado a ti. Hace unos días le tocó también a tu padre, pero como he dicho antes, las espectativas de este día, varían con la edad. Seguro que entiendes la situación. Eres muy inteligente y a lo que tus padres te hayan explicado, se suma lo que tu hayas podido escuchar o leer aquí y allá. Con 11 años que cumples hoy, te ha tocado vivir algo que sólo pueden haber vivido, de forma aproximada en otra situación y otra circunstancia, hace muchos años, las personas más mayores de este país.  Nos hemos creído invencibles y ha llegado un enemigo invisible, diminuto, ha parado el mundo y nos ha parado a nosotros. Ojalá esta dura experiencia te sirva para hacerte más fuerte. Ojalá no hubieras tenido que vivirla nunca. Ojalá hubieras podido celebrar tu día, como te habías imaginado. Pero este día estas confinada con las mejores personas con las que podrias estar, tus padres. Tu día, tu cumpleaños coincide con el día 45 de este estado de alarma. Seguro que no lo olvidaremos. Ojalá te hubieran regalado un desconfinamoento total. De momento es una hora al día. No sé si te hace mucha ilusión. Algo es algo. Acumula en tu recuerdo todos los besos y abrazos que te debemos los que te queremos, porque aunque hoy no sea posible, te los daremos. Vaya que sí. De momento son 11 y cuando esto acabe me gustará que me expliques como lo has vivido, como lo has pasado y que te ha parecido todo. Porque a los adultos a veces se nos olvida que no hay nada tan real como vuestra visión de las cosas. Así que este 11, es diferente pero especial. Deseo, deseamos, que seas muy feliz hoy y siempre. Feliz cumpleaños, Candela. 

jueves, 23 de abril de 2020

ESTADO DE ALARMA 4

Día 40 de confinamiento. Podría ser un día más de todos los de este encierro, pero no lo es. Este 40 coincide con la diada de Sant Jordi y puede parecer muy optimista alegrarse por ello, pero como todo, depende del color del cristal con que se mire. Es uno de mis días favoritos y no voy a permitir que la situación me lo estropee. Mañana ya veremos. Como amante de los libros siempre he disfrutado paseando de puesto en puesto, mirando aquí y allí, buscando algo concreto o esperando que una historia me encuentre a mi.  Este año es diferente. No hay paseo, no hay puestos, no hay gente en la calle, no hay rosas, pero eso no quita que el sentimiento esté ahí y que lo celebremos en casa, como se merece. Con un buen libro que nos haga pasar las horas lo mejor que podamos y con una rosa amarilla. 
Porque falta nos hace. Desde que empezó esto no consigo despegarme de la sensación de incertidumbre, de no saber hacia dónde navegamos. 
No creo que sea la única que tiene esta sensación. Estoy hasta las narices de comparecencias que te dejan con más dudas que certezas. No me parece lógico que después de dos horas de intervención las conclusiones sean diferentes dependiendo de lo que cada uno ha entendido. Eso no es culpa de la ciudadanía. Es culpa de que quien transmite las medidas no lo hace de forma ni clara, ni concisa. No debe ser fácil. Seguro que no lo es. Pero esto que están haciendo crea desasosiego y produce una ansiedad fruto de todas las informaciones contradictorias después de cada anuncio. Repito, seguro que no es fácil, pero tampoco tan difícil. Quizá lo más lógico sería aplicar el sentido común. Tienen mucho tiempo para establecer unas medidas concretas y cuando salen a anunciarles hacerlo sin ambigüedade. Pum, pum, pum. En referencia a otras  "ayudas" todo son laberintos. Para cualquier trámite se requieren mil papeles y mil condiciones. No, eso no son ayudas, eso es crear más ansiedad. Se decide pero no se decide. Y así, con esta "angoixa" vamos pasando los días. No me cansaré de repetirlo. Este gobierno ha tenido la oportunidad de ser valiente y no lo ha sido. No ha tomado decisiones para estar al lado de la ciudadanía, como tanto repiten. La oposición, merece un  trato a parte. Ni los unos ni los otros están a la altura. No es tiempo de reproches, ni de echar las cosas en cara. Es momento de remar todos juntos y pensar de una puñetera vez en la ciudadanía. Y no lo hacen, ni unos ni otros. No sabemos lo que es recomendable y que obligatorio o lo que es obligatorio pero recomendable o lo que no es obligatorio pero si lo es... 
Y sólo nos queda pasarlo lo mejor que podamos. Cruzando los dedos para que esto pase lo más pronto posible y podamos ir volviendo a la normalidad, más rápido o más lento, pero volviendo. 
Eso es lo que yo  deseo.
Dentro de toda esta burbuja de incertidumbre, intento buscar un entretenimiento que haga que cada día sea diferente. A veces lo encuentro en la cocina. Me relaja cocinar. El otro día me atreví con unas magdalenas. Buenísimas. Suaves, esponjosas. De esas de mojar en el café. Mira tú, fue una buena idea que repetiré. 
También volví a ver Ágora en la tele. Una vez más disfruté con ella. Volví a indignarme con la injusticia que la historia ha hecho con Hipatia y volví a alegrarme de que un director de cine, reivindicara el papel de esta gran mujer. Ágora, os la recomiendo.
Esta semana hemos tenido tres días de lluvia seguidos, sin parar. En abril,... Hoy por fin, ha salido el sol, tímidamente, pero ahí está. Qué necesario es sentir su calor.
Para terminar, no me quiero despegar de la intención con la que empecé este post. Y me despido dando las gracias a todos esos escritores que nos hacen los momentos más agradables, que nos permiten aislarnos de la realidad a ratos. Y felicidades a todos aquellos lectores que disfrutan con esas historias. Sean del estilo que sean. Feliç Sant Jordi a tothom! Si nos lo proponemos, seguro que lo será. 

lunes, 13 de abril de 2020

ESTADO DE ALARMA 3

Lunes 13 de abril. Lunes de Pascua. 1 mes. O lo que es lo mismo, 30 días ya desde que pusimos el candado y nos confinamos en casa. Durante este tiempo ha pasado la Semana Santa. Unos días que, seguramente la mayoría, habíamos imaginado de otra manera, pero es lo que nos ha tocado.
Miro por la ventana y me sorprenden las ganas locas que siento de salir a dar simplemente la vuelta a la manzana. Nada más. Solo eso. Tan cerca y tan lejos.
Hay otras muchas cosas que echo de menos. Cosas simples. Entre otras:
  •         Abrazar muy fuerte a la gente que quiero. Volver a mirarnos a los ojos, sin pantallas de por medio. A escucharnos la voz en directo. A sentirnos. A hacer alguna cerveza o algún vinito (yo, refresco pero alguna cerveza caerá, solo para desquitarme).
  •           Pasear, pasear y pasear. Añoro los paseos por mi Tarragona querida. Los caminos de ronda, tocar ferro, los paseos marítimos, los caminos entre los pinos,…
  •           Los desayunos de los sábados por la mañana en la Riera de Gaià. ¡Nunca pensé que echaría tanto de menos los gritos de la Fernananda!
  •        Los “venga vaaaa” a mis alumnos cuando no tienen ganas de hacer nada. Las risas de los más pequeños, sus ensayos de Tik Tok, sus preguntas espontáneas, las preocupaciones de los más mayores, las dudas sobre su futuro…
  •        Los partidos del Nàstic. Compartir risas, gritos y aplausos con mis amigos de Bonavista y vecinos del campo. Ay Geles, que largo se nos está haciendo!! Volveremos a brindar con esos refrescos de primeras marcas que solemos llevar.
  •      Tener la libertad para decidir cuando quiero salir y adonde quiero ir.
Echo de menos cosas que formaban parte de mí día a día y que por tenerlas no valoraba lo importantes que son. Que cierto es aquello de que sólo hay que perder algo que tienes para aprender a apreciarlo. Y vaya si lo he hecho. Hace unos años en mi primer viaje a los campamentos de refugiados saharauis, mi vida, o mejor dicho, mi forma de ver la vida y entenderla, tuvo un punto de inflexión. Estoy segura, porque así lo siento, que esta experiencia me va a servir para dar una vuelta de tuerca más. Se acabó el posponer cafés para cuando tengamos un momento. Se acabó dejar para otro día compartir espacios y momentos que suponen perder oportunidades para enriquecer el alma y la mente. Se acabó el dar valor a lo que no lo tiene.
De momento aún hoy, cada día en el mismo espacio, pero cada día diferente. No me he marcado una rutina, ¿para qué? Creo que el ir viviendo cada día según venga le pone un poco más de emoción (por decirlo de alguna manera). Bastante incertidumbre hay ya en general. Bastantes palos a las ruedas te pone la realidad. Esa realidad que nos dibujan a los que hemos dado la autoridad para decidir por nosotros. Muchos colores en sus discursos y comparecencias, pero que se traducen al blanco y negro en la realidad. Sigo decepcionada. Hace días dejé de preocuparme por lo que vendrá. No del todo, pero ya no lo pienso a todas horas. Por salud mental. La incertidumbre es la mejor aliada del miedo y no quiero sentirlo más de lo que ya lo siento. No sé hasta cuanto más se puede alargar esta situación. Tampoco lo quiero pensar para no crearme falsas expectativas. Hasta que nos digan. Mientras, siempre nos quedará soñar…y a disfrutar de los 13, que al final siempre es el que nos da motivos de celebración. Pasado mañana tengo que volver a salir a comprar. Quien me diría que algo tan trivial se convertiría en el momento más raro de cada dos semanas. Raro comprar. Algún día alguien nos tendrá que explicar cómo hemos llegado a esto...

jueves, 2 de abril de 2020

ESTADO DE ALARMA 2


19 días de confinamiento.
Europa no tiene prisa. La rancia y vieja Europa nos sigue mirando por encima del hombro. ¿Unión? Europea. Sólo para lo que les interesa. Para todo lo demás, nos dan viento fresco. Y se quedan tan anchos. No vamos a aprender. Nunca lo hacemos. Tenemos complejo de inferioridad y una gratitud eterna a ese entramado político que es Europa. Espero que algún día, los que saben más que yo, me puedan explicar los motivos.
Por si esta realidad fuera poco terrible, nuestro gobierno le pone toda la tensión posible. Anuncia sus medidas a cuenta gotas. Cada vez que los escucho darnos ánimos, le daría un puñetazo al televisor. Con los ánimos no se pagan los recibos de autónomos. No se pagan las hipotecas. No se pagan los alquileres. Ni se come.  Realmente tienen razón en que esto pasará. La cuestión es cómo lo hará.
No es fácil gobernar en una situación así. No quisiera estar en su pellejo. Pero esperaba más valentía. Ya lo he dicho.
Y ya, a estas alturas, todos somos héroes. O estamos más cuerdos que nunca o a punto de perder la cordura….y parece que aún nos quedan días.
Demasiado tiempo para pensar. Demasiado tiempo para todo y para nada a la vez.
Hoy, por primera vez después de 7 días, he salido a comprar, usando las medidas de protección necesarias. Ha sido raro. Un vez más. Con todas las personas con las que me he cruzado he intercambiado miradas. En todas ellas había complicidad. Hay civismo en la calle y en las tiendas. Por lo menos es lo que yo he visto. Seguro que hay excepciones. Siempre las hay.
En casa seguimos sin ver las tertulias de in-expertos. Sólo noticias, y no de cualquier cadena. Huimos de periodistas sensacionalistas. No es momento para la prensa amarilla.
Seguimos llenando las horas. Cuando no estoy echando una mano a mis alumnos con sus ejercicios de mates o preparando materiales, nos dedicamos a desempolvar  juegos de mesa de antiguos Reyes que no habíamos tenido ocasión de estrenar. A rebuscar lecturas entre las librerías. A ver películas. Además hoy he comprado una revista de  pasatiempos que podemos resolver juntos. A hablar con amigos, incluso ahora más que antes. Ahora tenemos tiempo para hacerlo. Aún no nos hemos aburrido. Ni creo que lo hagamos. Tenemos recursos. Y si no, los inventamos.
Me sorprende a mi misma como echo de menos poder salir a dar un pequeño paseo. Aunque sea a la calle de al lado. Miro por la ventana y esa vista tan conocida, me produce añoranza. Ha llovido y a través de la ventana me llega el olor a tierra húmeda. Noto el efecto beneficioso que me ha producido al instante. Las pequeñas cosas de las que siempre hablamos.
Cada día aumenta un poco más mi lista mental de personas a las que quiero abrazar. A las que debo un abrazo. Algunas a las que no he podido acompañar en estos momentos más que difíciles, por lo que me siento culpable aún sabiendo que no puedo hacer nada. Es muy probable que si tú estás leyendo esto, tu nombre esté en esa lista de abrazos pendientes. Si no lo está, no tendré inconveniente en incluirte, si así lo deseas.
Mientras llega ese momento, seguimos confinados, mirando a través del cristal como cambia todo a nuestro alrededor.