lunes, 28 de abril de 2014

LOS CINCO DE CANDELA

No lo voy a negar. Me tiene loquitamente enamorá. Mejor debería decir que nos tiene, porque no conozco a nadie de mi familia que no haya perdido el sentido con ella. Tiene muchas ganas de ser mayor y a veces nos hace dudar de si realmente lo es. Por sus expresiones, por su forma de hablar, por como se mueve, tan presumida, tan flamenca...pero claro, es que de casta le viene al galgo. En una familia con tanto duende y tanto arte, no podría haber salido con menos desparpajo y de eso la canija tiene un rato. No sé que nos ha hecho pero nos ha cambiado a todos, desde el primero hasta el último que es capaz de dejar a medias una partida en la consola por llevarla al parque a dar unos chutes con la pelota. Cada tarde,estamos deseando que entre por la puerta para ver que nos cuenta, con que humor viene o que tiene de nuevo para enseñarnos. Porque cada conversación con ella se convierte en un aprendizaje, bien sea una palabra, una conclusión, un gesto o una expresión. Y es que hoy mi niña, nuestra niña, cumple ya cinco añazos. Es increíble que tan poco tiempo pueda aportar tanto y aunque da pena ver como pasa el tiempo, también es verdad que, es toda una experiencia verla crecer y gratificante hacerlo con ella. Se enfada cuando nos reímos con ella por algo que nos cuenta y que nos hace gracia pero no lo podemos evitar y entonces saca a relucir ese genio contenido que tiene dentro y que de mayor, bien dominado, la va a llevar a donde ella quiera porque si algo tiene claro, es lo que quiere, puede cambiar y seguro que lo hace, pero la vehemencia en la defensa de lo que cree y la seguridad en lo que quiere es algo con lo que ha nacido. ¿Y la expresión de sus ojos? Le falta espacio en la cara cuando tiene que abrirlos para explicarnos algo que la ha sorprendido y sube las cejas hasta más allá de la frente y acompaña la expresión con gestos exagerados de sus manitas. ¿Y sus miradas? Esas miradas de soslayo o esa caída de ojos que nos vuelve locos. Esa expresión interesante que pone queriéndote decir que eso que le estás contando no le importa o que acabes pronto porque se ha cansado de escucharte. O esa otra expresión pícara cuando alguien ha dicho la palabrota y viene a chivarse, diciéndote bajito que es un secreto. y....y...y...y asi podría rellenar mil folios más y no acabaría nunca de explicar anécdotas y de reir con sus ocurrencias. Ojalá puedan pasar tantos años como para que te veamos convertida en eso que tan claro tienes que quieres ser. Maneras no te faltan. Carácter, tampoco. Muchas felicidades mi niña, a ti y a tus papas que tan bien están consiguiendo que seas una persona especial. El resto estaremos ahí para acompañarte