martes, 27 de abril de 2010

PA MI CANDELA

Es increíble cómo pasa el tiempo. Hace justo un año estábamos imaginándola. Ahora sabemos que de su padre tiene los rizos rubios, de su madre unos hermosos ojazos e innato de ella una simpatía fuera de lo común.
Ahora nos reímos cada día con sus gracias. Habla poco, por lo menos en un idioma que se pueda entender, en el idioma de los bebés no para. Ya sabe lo que quiere y lo que no. Para ello utiliza un “Ya tá” que dice muy claro cuando quiere que la dejes en paz.
Es un lorito de repetición y nosotros abusamos de eso haciéndole repetir los sonidos más extraños, desde un perro hasta un indio, cosas que su madre le ha enseñado.
Su madre dice que la vemos guapa porque es nuestra, pero no es verdad. La vemos tal y como es como un precioso bebé por fuera y por dentro. A pesar de su corta edad ya muestra los indicios de cómo va a ser su carácter y esa maravillosa sonrisa eterna en su cara redonda dicen de ella que va a ser simpática. Es cariñosa, tierna y a veces un poco llorona, según la visión de su padre, pero que bebé no llora…
Es capaz de picar palmas más fuerte que nadie y cuanto más te ríes más pica ella.
No contentos con todo esto, ahora estamos impacientes por que empiece a caminar. Por que empiece a hablar más claro para poderle enseñar más cosas. Para que aprenda a decir força barça. Pero sobretodo, sobretodo para que sea ella sola la que nos sorprenda a nosotros con sus avances.
Seguro que si tuviera memoria de este primer año recordaría todo lo que ha sido su descubrimiento de este mundo. Pero como es normal, no la va a tener, así que sirva este escrito para recordarle que ella ha traído alegría, que la queremos con locura y que esperamos poder celebrar muchos muchos cumpleaños a su lado.

domingo, 25 de abril de 2010

CON UN DÍA NO BASTA

El día de la madre, establecido el 1 de mayo, es uno de esos días que me dan risa. Me pasa igual con el del padre. ¿Es realmente necesario dedicar un día a eso? Yo creo que no, que es casi vergonzoso.
Me produce cierto desapego, que en esta sociedad cada vez más individualista y con la vorágine de nuestra manera de vivir, debamos fijar un día para acordarnos de quien con toda probabilidad más nos quiere.
Guardo muchos recuerdos y enseñanzas de mi viaje al Sáhara y entre ellos está el respeto que allí tienen hacía sus progenitores. Desde el hijo mayor hasta el más joven, todos tienen un fuerte deber adquirido desde bien pequeños para con sus mayores. Un sentimiento que alguna vez aquí también existió pero que en algún momento sacamos de la pesada maleta en nuestro viaje al mundo moderno.
Yo no soy madre y no sé lo que se siente, pero si soy hija y sí sé lo que yo siento por mis padres.
A veces, encuentro por casa los “regalos” que mi hermano y yo le hacíamos a nuestra madre en la clase de manualidades del colegio con motivo del día de la madre. Algunos auténticos desastres y a la pregunta de ¿por qué guardas esto si no vale nada? su reacción y respuesta siempre es la misma. Primero arrebatármelo de las manos para evitar tentaciones que lo llevarían al cubo de la basura y segundo devolverlo, con el cuidado de quien guarda una joya, al lugar donde ha estado todos estos años mientras dice “Me lo hiciste tú”, si el objeto es mío o “me lo hizo tú hermano”, en su caso. A continuación es inevitable volver a escuchar la anécdota del día en cuestión y de lo orgullosos que estábamos al dáselo. Ella nunca nos defraudaba mostrando una sorpresa y alegría que el tiempo me ha demostrado que no era fingida.
Soy afortunada por la familia que me ha tocado pero ella, incombustiblemente siempre está ahí. Nunca me ha fallado a pesar de ser probablemente la persona con la que más discuto. Es imposible engañarla, conoce mi estado de ánimo sólo con darme un vistazo aunque mi cara esté diciendo todo lo contrario. Ha sido mi confesora en todas las etapas de mi vida y aunque a veces no la he escuchado como debería jamás me ha impuesto nada. Le duele infinitamente más que a mí cualquier cosa que me dañe y se alegra hasta el infinito cualquier cosa que a mí me alegre.
Por eso me parece injusto dedicarles a todas esas madres un solo un día del año. Por eso este homenaje a ella antes del día señalado, porque no necesito que nadie me diga cuando debo felicitarla y por qué los 365 del año, de una manera u otra, le recuerdo lo importante que es para mí.

miércoles, 21 de abril de 2010

UN MOMENTO DE TRANQUILIDAD

El próximo viernes es San Jordi, día de la rosa…y del libro. Un día que desde siempre me ha resultado especial. Por lo simbólico, por la magia, por la leyenda…
El tema de la rosa, me resulta un poco indiferente, lo que no quita que me guste ver los cestos llenos de rosas, además como todos los años y como manda la tradición, mi padre me regala una rosa, pero no una rosa cualquiera, sino una rosa amarilla, algo que sólo hace quien bien me conoce.
Lo que realmente me gusta de este día es poder disponer de un poco de tiempo para poder pasear entre los puestos de libros. Podría pasarme horas y horas mirando. Me gusta el olor de las páginas de un libro nuevo y empezar a imaginar la historia que me va a explicar antes de empezar a leer.
Recuerdo con especial cariño los 23 de abril que pasé mientras estudiaba en Tarragona. En esa época si o si tenía la tarde libre así que podía disfrutarla toda en lo que más me gusta. Iba con mi amiga Edith, otra entusiasta de los libros. Aún veo la Rambla Nova, toda ella tan bonita, con ese balcón del Mediterrani al fondo que la hace única, llena de puestos, a izquierda y derecha, unos más grandes, otros menos, unos temáticos, otros de temática general, pero todos llenos de páginas escritas. Y para dar color cestos y cestos llenos de rosas rojas. Lo difícil que me resultaba escoger un compañero de viaje por qué me los hubiera llevado todos, a pesar de tener siempre esos autores de cabecera con los que sabes que vas a acertar seguro.
No puedo imaginar pasar un día sin leer, aunque sean dos páginas del libro que tenga entre manos. Ese es mi momento del día. Un momento en el que puedo liberar la mente de todos los temas diarios y concentrarme sólo en la historia que me está contando.
Estoy segura que hay un libro para cada persona, incluso para los que dicen odiar la lectura. Sólo es necesario saberlo encontrar. Los libros abren la mente, nos ayudan a interpretar ideas, a saberlas desarrollar, a ser receptivos a ideas que otra persona ha plasmado, a ser críticos…
No sé si este acelerado e insano ritmo de vida me va a permitir poder echar un vistazo este año, pero lo voy a intentar.
Para acabar me voy a atrever a recomendar el último libro que estoy leyendo. Es “El Asedio” la última novela de Arturo Pérez-Reverte, un maestro de la pluma, con una personalidad arrolladora y un ingenio fuera de lo común. Trata sobre el asedio que por parte de los franceses sufrió Cádiz en 1811 y España luchaba por su independencia. Una etapa de la historia de España explicada a través de unos personajes imaginarios que bien pudieron existir.

domingo, 11 de abril de 2010

Y TÚ, ¿QUÉ OPINAS DE LA LLAGOSTA?

Imagina por un momento que te regalan una casa. No es una obra nueva pero a lo largo de los años ha sufrido algunas remodelaciones que la han dejado en un estado bastante aceptable.
Ahora que es tuya, tienes la oportunidad de que la decores a tu gusto. Que decidas de qué color vas a pintar las paredes y qué tipo de mobiliario pondrás. Tu familia opinará y tus amigos y los amigos de tus amigos y seguro que de entre todas las cosas que escuches podrás quedarte con lo mejor y que más te convenga.
Al final de todo, tu casa será la que tú quieras, la que tú hayas decidido, en la que te sentirás cómodo y en la que te gustará vivir y enseñar a todo aquel que te apetezca.
Esto, que por un momento hemos imaginado juntos, es el ejemplo más básico del debate de ciudad que se está llevando a cabo en la Llagosta.
Tenemos, todos, la oportunidad de decidir cómo queremos que sea esta gran casa que compartimos. Es la oportunidad que digamos como nos imaginamos la Llagosa en el futuro, como queremos que sean los parques, las calles, la industria, los equipamientos, los servicios...
Ya se han celebrado diferentes sesiones plenarias, en el Centro Cultural, a las que desafortunadamente no han asistido demasiadas personas. Yo no me conformo con pensar que es desinterés por parte de los vecinos de la población. De ahí este escrito.
En estas reuniones ya se han oído diferentes ideas y propuestas y a su vez contrapropuestas. El debate está servido. Hay quien apuesta por una Llagosta industrial y hay quien apuesta por una Llagosta más natural, entre otras propuestas.
Para guiar el debate, se han creado tres grupos de trabajo divididos en: Sociedad, Territorio y Economía.
Las primeras reuniones son mañana lunes y el miércoles de esta misma semana, en la sala de plenos del Ayuntamiento. De todas maneras, si quieres participar pero no puedes asistir a las reuniones puedes hacerlo de manera cómoda a través de la web:
http://www.debatdeciutat.cat/
Es una herramienta más que puedes utilizar. Desde tu casa o desde tu decidas. De esta manera tu voz también será escuchada. En esta misma web también puedes encontrar toda la documentación y horarios así como todo lo relacionado con el debate de la ciudad.
Y tú, ¿vas a dejar pasar la oportunidad de dar tú opinión? ¿Vas a quedarte mirando como otros deciden como va a ser el lugar donde vives?

viernes, 2 de abril de 2010

HUBO UNA VEZ HUMILDAD

No te preocupes. No es problema tuyo. Al contrario. Es problema de aquellos que tienen en la vanidad su más preciado valor. No esperes tampoco palmadas en la espalda de esas mismas personas ni cualquier otro tipo de gesto que implique reconocimiento. No va con ellas. No es su estilo reconocer una buena idea en otra persona. Qué le vamos a hacer. Al contrario, cualquier cosa que se te ocurra, que propongas, será negativa. Sólo por destruirte. Por acabar contigo. Algo que costaría un precio alto y que esta sociedad no puede consentir. Porque su triunfo es tu derrota y no paga la pena pagar tan alto precio. Porque la vida está llena de otras cosas maravillosas que te compensan de todo eso y además tu puedes disfrutar de cada una de ellas.
A lo mejor tampoco toda la culpa es suya. El ritmo de esta sociedad cada vez más individualista fomenta el carácter destructivo de cada uno de nosotros. La necesidad de tener que demostrar constantemente lo que somos y demostrar además que somos mejores que los que nos rodean. Para subir, subir y subir dejando en el camino amigos, vecinos y lo que es más importante valores. De esta manera, autoconvencidos de que es lo mejor para nosotros, lo que antes se conocía como egoísmo y ahora se llama autoestima que es más snob, seremos capaces de pisar a quien haga falta para conseguir un propósito. Seguramente cuando lo hayamos conseguido, miraremos alrededor y sólo veremos soledad. Qué tristeza. Estar rodeado por miles y miles de personas y sin embargo no oír ningún sonido, no notar ningún contacto y no percibir ningún olor, todo ello pese a la multitud.
Pero no es tu caso. Tú eres la excepción. Te prima la amistad, el amor, la solidaridad, los valores más puros. Tienes un don. Por eso, pese a las tortas de la vida sigues siendo la misma persona. Porque nunca quitas el cartel de no habrá próxima vez. Pese a todas las decepciones sigues inalterable. Un momento de flaqueza y hacía arriba como Ave Fénix pero en vez de cenizas, remontas de un mundo falto de valores, entre la hipocresía y el egoísmo. Cada vez te resulta más difícil, pero siempre lo has conseguido y siempre lo conseguirás.
Tu esfuerzo se verá compensado cuando veas en su espejo esas mismas cosas que tú has ideado, esas cosas que tú has hecho espontáneamente sin pensar en repercusiones. Simplemente porque sí. Porque así sentías que debías hacerlo.
Eso no tiene otra compensación más que ver como tú brillas con tu propia luz mientras que esas personas se alumbran con la que te sobra. Así que puedes permitirte el lujo de sonreír y pensar que el día que te canses puedes plegar velas y dedicarte a otra cosa, dejándoles a oscuras. Seguro que en cualquier campo te desenvolverás bien. Por que como dice el anuncio tú lo vales. Porque te puedes permitir el lujo de mirar al mundo de frente, con la cabeza bien alta sin miedo a la vergüenza de la conciencia que es la peor de las vergüenzas.
Hubo otra época en la que la humildad hacía que cada uno supiera valorar el esfuerzo y la capacidad de otro. Desafortunadamente esa época pasó y nos queda sólo el poder aprender lo que podría ser y no es.