A ti porque te aprecio seguro que sabrás entender la dureza de mis palabras. Porque estoy harta de oírte decir qué asco de vida y yo no puedo estar más en contra de esa opinión.
La vida tiene momentos malos, regulares y buenos pero también tiene momentos mejores que hacen que sea maravillosa, sólo depende de la importancia que tú le des a cada uno y el espacio de tu mente que estés dispuesta a reservar a cada uno.
Porque es incluso egoísta por tu parte estar todo el día lamentándote de tu suerte cuando otros en tu lugar se sentirían los seres más afortunados de la Tierra y otros muchos ya lo son con la mitad de lo que tu tienes, porque han aprendido a relativizar las cosas y a no necesitar nada más que aquello que lo justo para ser felices y han entendido que la felicidad no depende de cuánto tienes o cuánto vales sino de uno mismo. Todo depende de lo alto que estés dispuesta a saltar para no tropezar con el obstáculo que se te ponga delante y a disfrutar cuando encuentres un camino liso.
Mira a tu alrededor y fíjate en lo que vas encontrando en cada giro. Para empezar una familia que te apoya incondicionalmente, que son tus mayores seguidores a la vez que tus críticos más feroces y para acabar unos amigos que estamos ahí para lo que te haga falta y para recordarte que vales mucho más de lo que crees.
¿Tu vida podría ser mejor? Sin duda, si. Pero también podría ser mucho peor. Sólo tienes que ver las noticias para darte cuenta de ello y dar las gracias de haber nacido donde lo has hecho y como lo has hecho.
¿No tienes acaso todo lo que podrías desear? Has llegado hasta lo más alto, más incluso de lo que nunca podrías haber imaginado y has conseguido todas aquellas metas que un día te pusiste, saltando todos los obstáculos que aparecían en tu camino.
Entonces deja de perder tiempo pensando que pasará si esa persona con la que estás te deja. Si lo hace, te recordaremos todo lo que has ganado, que será no mucho, será muchísimo, porque tu podrás encontrar montones de hombres mejores que él pero el pobre lo va a tener difícil para encontrar a alguien la mitad, sólo la mitad, de buena que tú, en todos los sentidos. Porque afortunadamente, nadie se muere por nadie. Por eso algún día brindaremos a su salud, nos reiremos a su costa y le llamaremos gilipollas por no haber sabido apreciar lo que tenía y porque seguramente, acabará lamentando el haberte perdido.
Entonces deja de perder el tiempo porque se acaban las vacaciones y tienes que volver a trabajar, lo peor sería lamentar el no poder hacerlo. Esto es sólo un trámite más para salir adelante. Trabaja para vivir pero no vivas para trabajar.
Entonces deja de perder el tiempo en pensar como podría ser tu vida porque es como es y es la que te ha tocado vivir y no vale la pena malgastarla imaginando lo que nunca ya será.
A lo mejor algún día te preste una pequeña cajita que guardo en mi mente y que cuando tengo un momento de bajón, que también los tengo, la abro y saco de allí las caras de todas esas personas que conozco y que de una manera u otra forman parte de mi vida. Esas personas que hacen que cada uno de mis días sea diferente y me sirven para saber lo afortunada que soy en la vida, por lo que tengo y sobre todo por haberlas conocido. Por la fuerza que me dan.
Espero que a partir de mañana, empieces a ver las cosas de otra manera y veas lo bueno de todo lo que tienes. Que dejes los lamentos y empieces a disfrutar porque es una pena que sólo seamos capaces de apreciar lo que tenemos cuando lo perdemos así que, a disfrutar que sólo son dos días.
La vida tiene momentos malos, regulares y buenos pero también tiene momentos mejores que hacen que sea maravillosa, sólo depende de la importancia que tú le des a cada uno y el espacio de tu mente que estés dispuesta a reservar a cada uno.
Porque es incluso egoísta por tu parte estar todo el día lamentándote de tu suerte cuando otros en tu lugar se sentirían los seres más afortunados de la Tierra y otros muchos ya lo son con la mitad de lo que tu tienes, porque han aprendido a relativizar las cosas y a no necesitar nada más que aquello que lo justo para ser felices y han entendido que la felicidad no depende de cuánto tienes o cuánto vales sino de uno mismo. Todo depende de lo alto que estés dispuesta a saltar para no tropezar con el obstáculo que se te ponga delante y a disfrutar cuando encuentres un camino liso.
Mira a tu alrededor y fíjate en lo que vas encontrando en cada giro. Para empezar una familia que te apoya incondicionalmente, que son tus mayores seguidores a la vez que tus críticos más feroces y para acabar unos amigos que estamos ahí para lo que te haga falta y para recordarte que vales mucho más de lo que crees.
¿Tu vida podría ser mejor? Sin duda, si. Pero también podría ser mucho peor. Sólo tienes que ver las noticias para darte cuenta de ello y dar las gracias de haber nacido donde lo has hecho y como lo has hecho.
¿No tienes acaso todo lo que podrías desear? Has llegado hasta lo más alto, más incluso de lo que nunca podrías haber imaginado y has conseguido todas aquellas metas que un día te pusiste, saltando todos los obstáculos que aparecían en tu camino.
Entonces deja de perder tiempo pensando que pasará si esa persona con la que estás te deja. Si lo hace, te recordaremos todo lo que has ganado, que será no mucho, será muchísimo, porque tu podrás encontrar montones de hombres mejores que él pero el pobre lo va a tener difícil para encontrar a alguien la mitad, sólo la mitad, de buena que tú, en todos los sentidos. Porque afortunadamente, nadie se muere por nadie. Por eso algún día brindaremos a su salud, nos reiremos a su costa y le llamaremos gilipollas por no haber sabido apreciar lo que tenía y porque seguramente, acabará lamentando el haberte perdido.
Entonces deja de perder el tiempo porque se acaban las vacaciones y tienes que volver a trabajar, lo peor sería lamentar el no poder hacerlo. Esto es sólo un trámite más para salir adelante. Trabaja para vivir pero no vivas para trabajar.
Entonces deja de perder el tiempo en pensar como podría ser tu vida porque es como es y es la que te ha tocado vivir y no vale la pena malgastarla imaginando lo que nunca ya será.
A lo mejor algún día te preste una pequeña cajita que guardo en mi mente y que cuando tengo un momento de bajón, que también los tengo, la abro y saco de allí las caras de todas esas personas que conozco y que de una manera u otra forman parte de mi vida. Esas personas que hacen que cada uno de mis días sea diferente y me sirven para saber lo afortunada que soy en la vida, por lo que tengo y sobre todo por haberlas conocido. Por la fuerza que me dan.
Espero que a partir de mañana, empieces a ver las cosas de otra manera y veas lo bueno de todo lo que tienes. Que dejes los lamentos y empieces a disfrutar porque es una pena que sólo seamos capaces de apreciar lo que tenemos cuando lo perdemos así que, a disfrutar que sólo son dos días.
