lunes, 16 de septiembre de 2013

LO QUE YO QUIERO AHORA

Hace ya unos meses leí un artículo de la periodista Ángeles Caso titulado “Lo que quiero ahora”. Este, junto a otro de Arturo Pérez-Reverte, “Nadie dijo que fuera fácil”, son mis artículos de cabecera, aquellos a cuya lectura recurro cuando quiero recordar las bondades de mi vida, de lo bueno que me rodea y cuando necesito revivir las reflexiones a las que me condujeron tras la primera lectura. Dos artículos de los que, obviamente,  recomiendo su lectura.
Y aprovechando la línea de la Caso, en este momento en el que me encuentro yo, me atrevo a asegurar que también sé lo que quiero ahora ¿y por qué ahora? ¿y por qué no? Puede parecer extraño que necesite que unas letras me recuerden todo lo bueno que tengo alrededor o los sacrificios que me ha costado, a mi o a mis padres, conseguir lo poquito, o lo mucho según se mire (sin referirme a cosas materiales), que tengo en la vida pero siempre me he quejado de que vivo en una sociedad en la que me come el día a día, en la que pierdo fácilmente la perspectiva de las diferentes situaciones dando importancia a circunstancias que en otro momento me producirían risa o simplemente ignoraría pero a veces, resulta difícil separar el trabajo, las críticas o los comentarios y dejarlos a parte para evitar que influyan en mi manera de pensar o sean una causa de mis acciones.
Pero esto está cambiando, en los últimos meses me he vuelto más autocrítica respecto a mi manera de empatizar con lo que me rodea, he aprendido a diferenciar lo que es importante de lo que no. Se podría decir que me he vuelto más egoísta.
Y sin miedo a equivocarme y mirando la vida en perspectiva, puedo decir que soy feliz. Feliz con las vicisitudes del día a día en el trabajo, con aquellas que te depara la vida (que no son pocas), con las discusiones, con los dolores de cabeza pero también con los buenos momentos que paso con mis amigos, con mi familia, con la lectura de un libro o disfrutando de un paseo, con una llamada de teléfono lejana, con un buen debate o una simple película. Tengo al lado a quien quiere estar. Y es que es la suma de todas esas pequeñas grandes cosas hacen que me empeñe en ver la vida como una oportunidad única de conocer gente interesante, gente que aporta riqueza interior, gente que me hace sonreír y sentirme afortunada. De conocer lugares, lejanos o cercanos y disfrutarlos. Agradezco la oportunidad inmensa que se me ha dado de conocer a un pueblo increíble, el saharaui, que tantas y tantas satisfacciones me da, al que tanto debo y que cada año hacen que pase una época llena de ilusión imaginando el reencuentro.
Y todo ello no es sin esfuerzo, pero cada día me cuesta menos relativizar.
En definitiva, bastante complicada es la vida para que nosotros nos la compliquemos más y todo es tan difícil como nosotros lo queramos hacer, al final todo pasa y sólo nos quedan los buenos recuerdos.
Así que lo que quiero ahora es seguir disfrutando de la vida con todos sus beneficios, de los problemas ya me encargaré cuando vayan surgiendo.

domingo, 1 de septiembre de 2013

AITOR, HÉROE EN SILENCIO

He tenido la suerte de conocerlo y me siento muy afortunada por ello. Cierto es,  que no hemos compartido demasiados momentos juntos pero han sido suficientes para aprender a valorarlo, respetarlo y sobretodo recordarlo.

A través de Pedro, compañeros inseparables, hemos podido conocer de sus hazañas y heroicidades.

Juntos han arriesgado su vida para salvar otras en situaciones de gravedad extrema, sin importarles a que país del mundo tenían que viajar. Mi reacción frente a la noticia de un terremoto en los telediarios cambió el día que los conocí.

No sé si Pedro sería capaz de cifrar la cantidad de personas que han visto de nuevo el futuro gracias a ellos y en otras tantas ocasiones la paz espiritual que hayan podido dar al devolver a la familia el cuerpo de un ser querido atrapado bajo los escombros de cualquier maldito terremoto.

Pero Aitor nos ha dejado este verano y esta ha sido, sin duda para mí, la noticia más triste.  Sabía de su edad, de sus problemas de audición, del estrés causado por su intensa vida pero no pensé que el final estaba tan cerca. Una noticia que nos conmocionó a quienes la recibimos sin poder reprimir las lágrimas, aún estando en un autobús público lleno de turistas y tuvimos el primer pensamiento para Pedro. Si es verdad que la energía se transmite, le tuvo que llegar mucha.

Se va a hacer muy difícil pensar en Pedro sin Aitor.
Aitor, siempre pendiente de Pedro, escuchando a su lado. Sentían admiración mutua y no había más que verlos juntos para sentir la complicidad entre ellos, dos almas que de alguna manera estaban conectadas.

No me atrevería a definir la raza de Aitor, pastor alemán, belga, no sé….el pedigree lo llevaba en su alma, en su forma de ser, en su nobleza, en su mirada atenta a todo lo que sucedía a su alrededor. En un ser concentrada toda la bondad, solidaridad, fidelidad y amistad que uno puede llegar a conocer y Pedro ha tenido la suerte de compartir todo eso.   

Desgraciadamente,  Aitor va a pasar a engrosar la lista de los héroes anónimos. Esos héroes de los que no se habla en el telediario ni llenan columnas en los periódicos y no es justo.  Por eso, desde mi pequeño y humilde espacio en internet quiero agradecer a Aitor todos los momentos vividos, todos los sacrificios realizados de manera totalmente desinteresada y quiero que todo aquel que lea mi escrito se sienta de alguna manera agradecido a la labor de este increíble animal y se conozca que hay alguien siempre dispuesto a arriesgar su vida por la de los demás.

Gracias amigo por todo. Porque no hace falta ser un ser “racional” para dejar huella, seguirás por mucho tiempo en el recuerdo de todos los que te hemos conocido.