domingo, 27 de febrero de 2011

TEMPS DE MEMÒRIA I TEMPS D'AMNESIA

La Llagosta cumple 75 años de independencia de St Fost y se ha querido celebrar con un documental.
Ayer tuve ocasión de verlo y me sorprendió, no por lo genial sino por todo lo contrario.
Todas las personas que en el aparecen merecen estar y se han ganado por méritos propios escribir sus líneas en la historia de la Llagosta. Pero muy desafortunadamente no están todos los que son…y 66 minutos de reportaje dan para muchísimo más.
Me indigna que se haya pasado por alto toda una generación perteneciente a la primera oleada de inmigrantes que vino a la población, por el simple hecho de que pueda aparecer algún apellido molesto.
Se han olvidado de la primera gran oleda de inmigrantes que llegaron a la Llagosta en los años 50 y que ocuparon la calle Anselmo Clavé y su travesía, a las cuales se incorporó más tarde el pasaje Pedrosa, conocido popularmente como el patio del abogado. Asimismo tampoco se mencionan a los niños catalanes coetáneos de los primeros niños que llegaron. Uno de esos niños era mi padre.
De todas esas personas no voy a hablar porque no tengo su permiso pero de quien si voy a hablar es de mi abuelo.
Esta mañana, mientras desayunábamos le he hablado del video y sus ojos eran de sorpresa porque nadie le hubiera ni siquiera preguntado su opinión…y eso que tiene algo que decir.
La conversación se ha llevado por esos términos y como ha sido muy muy gratificante voy a intentar reproducirla.

Me cuenta que llegó a la Llagosta a quedarse definitivamente, y ya con sus 3 hijos, allá por el año 52. En el 45 ya estuvo unos cuantos años viviendo aquí con mi abuela pero, por otros motivos tuvieron que volver a su Granada natal.
En el año 54 abrió uno de los pocos comercios que entonces había y el primero de un inmigrante. Ese comercio actualmente, casi 60 años después, continúa en el mismo sitio donde él lo levantó y ya va por la tercera generación. Recuerda perfectamente cuanto le costó la casa y las mensualidades que debía pagar. Ante mi carcajada se pone serio y me dice “Eh! ¿Qué dices tú? Estamos hablando de hace muchos años y no sabes cuánto costaba entonces juntar unas perras.” Está bien abuelo, tienes razón y le animo a seguir.
Este año mi abuelo cumple 87 años y afortunadamente mantiene su cabeza con total lucidez a pesar de haber sufrido recientemente la pérdida más horrible de su vida. Por eso ha seguido bombardeándome con todos esos recuerdos que tantas veces ya me ha contado.
Me habla de la riera que atravesaba la actual avenida primero de Mayo donde las mujeres, incluida mi abuela, iban a lavar la ropa. Del cine que había en la actual Plaça Cirera Voltà, encima del Bar Rosa. Entonces se pierde en contarme historias cariñosas de Pepito y su familia, propietarios del bar. Abuelo me hablabas del cine, le recuerdo.
Ah! si el cine, se encargaba Ayala y entonces nos calentábamos con una estufa de carbón. Me nombra al secretario del ayuntamiento, al Dr. Guillamón. Por un momento se le llenan los ojos de lágrimas cuando recuerda a Martín Toll, al que esta semana ha despedido y sólo tiene palabras de agradecimiento para esta persona y su familia.
En este punto le digo que ya está bien y que si quiere lo dejamos, pero tiene ganas de seguir recordando.
Me habla de la central de Teléfonos, del Estanco, de la Bastera…en este momento mi padre se une al desayuno y se incorpora a la conversación. Mientras mi abuelo se queda pensando, me habla él, del campo de melones que había en Can Milans, de las abundantes lechuzas que había entonces en el pueblo y que por eso escogió a ese animal para la camiseta de la protectora de animales de la Llagosta, en recuerdo del territorio del que un día fueron dueñas. De sus clases con la Srta. Antonia, de la Quimeta que ponía seriedad y el bien hacer como ha seguido haciéndolo toda la vida. De los buenos momentos que pasaba con sus compañeros cuando iban al colegio caminando hasta Montcada y de las rabietas a la Carmencita que tan cariñosamente recuerdan los dos. Del Mosén Pere, que no le dejaba entrar en la Iglesia porque decía que “si aquest nen entra, entra el dimoni”. Mi madre observa desde la cocina y va asintiendo a lo que ellos me van contando.
Por el rabillo del ojo veo que a mi abuelo se le saltan las lágrimas de un ataque de risa que le ha dado. Me habla de unas historias que ya no puedo entender por qué me las cuenta mientras ríe y no le entiendo así que me uno a sus risas sin saber por qué.
En fin todo esto también es historia de la Llagosta y podría seguir rellenando hojas con todo lo que sé porque me lo han contado. La historia es la que es y se puede manipular pero siempre habrá voces vivas que la rectifiquen.
En el video se preguntan a los catalanes como recibieron a los inmigrantes y hubiera sido interesante preguntar a alguno de los niños de entonces como se sentían recibidos. La visión de un niño es diferente y menos viciada que la de los adultos. Mi padre sigue ahora siendo amigo de todos los que había.
Alguien ha preguntado esta semana si en precampaña tot val. Pues se ve que vale hasta omitir una parte viva de la historia.
Creo que vale la pena compartir estos recuerdos y que mejor homenaje le puedo hacer a mi abuelo que publicarlos en mi blog, eso le compensa más que cualquier documental. Recuerdos que a algunos incomodan pero que por su valor y esencia no tienen precio.

domingo, 13 de febrero de 2011

LA FUERZA DE UN PUEBLO

Es, sin duda, la noticia de la semana y a pesar de haber sido portada de todos los telediarios y periódicos no quiero dejar pasar la ocasión de comentarla en este blog.
Estoy refiriéndome, como no, a la victoria del pueblo egipcio sobre la fuerza y el poder de un dictador.
Nada les echó para atrás en su empeño de conseguir la libertad sin pasar por los cauces habituales.
Con su victoria han conseguido demostrar que el poder lo tiene el pueblo, pero hay que ganarlo. Con tesón, valor y sacrificio.
Seguramente también hubo quien pensó que para que iba a servirles tanta protesta. Que estaba todo hecho, que los que mandan son los que tienen el poder, pues bien ¿qué dirán todas esas personas ahora?
Hablan de seis meses de transición, meses en los que van a tener tiempo de plantearse un futuro democrático y escoger libremente quien les va a gobernar.
Me alegro por Egipto y espero que sepan sacar buen partido de este hecho que por mérito propio ha pasado a formar parte de su historia. La historia de un pueblo que un mes de febrero de 2011 se reveló contra la fuerza que llevaba décadas oprimiéndolo siendo testigo mudo de su protesta la ya famosa Plaza de la Liberación.

domingo, 6 de febrero de 2011

PROGRESA...¿ADECUADAMENTE?

Acabamos de recibir en España a la que es la mujer con más poder en Europa, la canciller alemana, Angela Merkel. Una visita que ha levantado no pocas expectativas y esperanzas. Parecía que esta visita iba a solucionar todos los problemas que sufre este país.
La mandataria alemana, junto con sus no pocos compatriotas que la acompañaron, estuvo durante 6 horas examinando nuestras cuentas y parece que salió satisfecha…por lo menos se aseguró de que vamos a devolver lo que nos han “prestado”.
De cualquiera manera tener el visto bueno de un país como Alemania, es algo como mínimo alentador y sobretodo tranquiliza el saber que nuestra situación está lejos de la de Irlanda o Grecia.
¿Entonces por qué no me produce esperanza oír justo después de la partida del séquito alemán las declaraciones del gobierno?
Sencillamente porque no me creo lo que dicen. Es cierto que es necesario hacer algo, y que si todos debemos apretarnos el cinturón, nos lo apretemos, pero todos.
Una vez alguien me dijo que era irresponsable no estar de acuerdo con atrasar la edad de jubilación a los 67 años. Imagino que son puntos de vista.
De momento, no me convencen los argumentos del gobierno de que esta reforma es buena para todos. Si, sobre todo para ellos, que no renuncian a sus sueldos vitalicios, a sus numerosos asesores, a sus numerosos privilegios y a sus elevados sueldos.
De un presidente de gobierno se espera responsabilidad, esa responsabilidad de la que tanto se llenan la boca pero que ellos no demuestran.
Por eso, no me creo al Sr. Blanco. Su papel ya ha quedado obsoleto y su discurso está ya muy manido.
España empezará a ir bien cuando los que intentan vendernos que la solución del problema que atraviesa el país pasa por que los trabajadores de a pie suframos recortes sociales, congelación de sueldos y pérdida de privilegios, empiecen dando ejemplo y enumeren los beneficios a los que ellos están dispuestos a renunciar. Seguro que de ahí podemos ahorrar un buen pico. Espero también que la vena reformista del presidente Rodríguez, como la definió el vicepresidente de la patronal, tome otro rumbo y apunte en otra dirección.
Y la próxima vez que recibamos la auditoria de otro país de Europa, llámenla por su nombre y no nos la disfracen de visita turística, no se peleen por ver quién sale en la foto al lado del auditor.