sábado, 6 de febrero de 2010

EL MOVIMIENTO DEL PÉNDULO

Seguro que todos, en algún momento e inevitablemente, nos hemos sorprendido mirando embelesados el movimiento de un péndulo. Ahora a la derecha, ahora a la izquierda y de nuevo a la derecha y de vuelta a la izquierda y así hasta el infinito. Un movimiento oscilatorio que tiene efectos hipnóticos. Algo parecido a los movimientos de los últimos días del gobierno del presidente Rodríguez.
Ahora quito los crucifijos de los colegios y prohíbo hacer el Belén en sitios públicos, ahora me voy al Desayuno de la Oración en los EEU. En el discurso incluyo una cita bíblica. Esa Biblia que estoy demonizando en mi país. Queremos que otras culturas que llegan a España nos respeten, pero, ¿Cómo van a hacerlo si nosotros mismos somos los primeros que no nos respetamos? Vetamos nuestras creencias para no herir sensibilidades ¿Y las sensibilidades de quienes sienten esas creencias?
Ahora suben las pensiones, ahora bajan. A quien tenga un poco de suerte le subirán la pensión siete euros. Al menos afortunado le bajarán como consecuencia de la subida del IRPF. Un detalle insignificante que el ministro Corbacho ha olvidado mencionar en la carta enviada a los pensionistas. Unas matemáticas difíciles de explicar a quien en esa carta le anuncian una subida y luego en cambio tiene menos paga…
Ahora creamos puestos de trabajo, ahora aumenta el paro. Parece no tener techo este mal que azota España. Los brotes verdes serán de alguna especie tardía o de lento crecimiento porque parece que no acaban de aflorar. Intentan tranquilizarnos diciendo la cantidad de puestos de trabajo que se han creado, pero la verdad es que las cifras cantan por si solas y cada vez son más las familias que tienen dificultades para llegar a final de mes.
Ahora se aumenta la edad laboral, ahora nos lo pensamos. Gran solución la de alargar la vida laboral ¿para quién?
Ahora enviamos un informe económico a Bruselas aumentando los años para la cotización, a las dos horas nos desdecimos. Se trataba sólo de un globo sonda. Sin importar el ridículo que podamos hacer en Europa.
…Así no hay quien nos tome en serio. No me extraña que Obama no quiera venir a la cumbre Europa-América. No le interesa para nada el buscar la tan deseada foto, ni falta que le hace. Y a nosotros, ¿no nos duele nuestra dignidad? Si al presidente Rodríguez le dolieran tantas bofetadas de los EEUU la milésima parte de lo que a ellos les dolió el que él no se levantara al paso de su bandera, sin duda haría ya mucho tiempo que hubiera dejado de exponerse de la forma en la que lo está haciendo.
No tenemos nada que demostrarles. Al contrario, tenemos asuntos más importantes de los que ocuparnos y estos están en este lado del Atlántico, en la Península. Nos estamos inmunizando ante tanto ataque, el último de parte del Premio Nobel de economía, que algo sabrá al respecto.
Lo que de verdad hace falta es plantar cara al problema de una vez por todas. Con soluciones reales y palpables, no de ida y vuelta. No tienen que ser inmediatas. Esto no se solucionará en dos días, pero no se solucionará nunca si no se pone remedio. De la misma manera que ha hecho el ministro de Fomento, Pepe Blanco, con el tema de los controladores. Y eso que no es ni de lejos, santo de mi devoción, pero tengo que reconocer que con una medida que muchos considerarán impopular ha sabido sacar el coraje suficiente para zanjar el problema. Impopular para unos, popular para otros (entre los que me cuento). Los dos lados del péndulo.
Mientras, como esto de los toros resulta políticamente incorrecto, la primera medida para calmar los ánimos es televisar futbol todos los días de la semana. Así nos entretenemos.

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