martes, 6 de septiembre de 2011

LUCIÉRNAGAS

Todos tenemos días en los que parece que lo tienes todo en tu contra, en los que nada de lo que haces parece estar bien y por más que busques la causa no hay forma de encontrarla. Aquellos días en los que puedes ver como el mundo sigue girando ajeno a lo que te está pasando. Y te sientes solo y te sientes mal y quisieras poder desaparecer y no puedes evitar empatizar con la gente que aprecias y que tampoco lo está pasando bien. Y entonces te sientes culpable por no poderles echar una mano pero no es algo que se pueda evitar y lo mejor que puedes hacer es estar a su lado, en silencio, esperando que digan el qué.
Pero de pronto un día, la rueda de la fortuna gira de nuevo y te traslada al otro plano. Encuentras una mano amiga y hoy si voy a personalizar, porque más que nunca hizo realidad el dicho aquel de que los buenos amigos vienen en los buenos momentos cuando los llamas y en los malos sin necesidad de que los llames. Podríais haber sido cualquiera de vosotras, porque no me cabe duda que lo hubierais hecho igual y eso os hace ser tan especiales, pero por proximidad esta vez le tocó a ella, a Cristina. No te puedo decir más de lo que ya te he dicho. Gracias también por esa persona maravillosa que has aportado a nuestra amistad y que además es tan buena gente.
Entonces en ese mismo plano, redescubres a esa persona que es un genio y del que aún tengo tanto y tanto que aprender. Mi padre. Y ves a esa persona que sin lugar a dudas es la persona con quien más veces discutes pero que siempre está ahí. Mi madre. Y te das cuenta de todos los grandes momentos que puedes compartir aún a su lado y toda la energía que te aportan.
Y la unión de todo lo anterior hace que te des cuenta de que la burbuja que te rodeaba ha explotado. Que de golpe vuelves a respirar aire fresco. Que todo lo que parecía de color negro ahora ya no es tan negro y si lo es ha dejado de importarte.
De que tu vida está repleta de cosas increíbles y que te llenan del todo.
Y las cosas que parecían funcionar mal, vuelven a ir bien. Y ves sonrisas a tu alrededor. Y el sufrimiento y la tristeza de un buen amigo se vuelven alegrías cuando la esperanza parecía lejana. Y entonces te sientes con fuerzas para hablarle, para expresar todo aquello que le has tenido reservado. Por que no se merecía pasar por lo que estaba pasando, nadie se lo merece, pero hay personas que menos que nadie y te revelas con la vida por permitirlo.
Porque de golpe, unos días, los más frecuentes, no puedo dejar de sonreír y disfrutar de cada momento intensamente y me siento afortunada, muy afortunada, de ver en lo que se ha ido convirtiendo mi vida y de todas y cada una de las personas con las que tengo algo que compartir. Me siento orgullosa de poder compartir inquietudes con alguien como Pedro, al que admiro por su nobleza y sobretodo su sinceridad y es una suerte que se haya cruzado en mi camino.
Porque al final te das cuenta de que lo que de verdad importa es la huella que puedes dejar en esas personas que hacen que tu día a día sea mejor y diferente.
Desgraciadamente también existen las personas que tienen como objetivo en la vida desmerecer al resto, sembrar dudas de capacidad, y magnificar problemas que harían reír al resto. Por eso quiero acabar el escrito con otro escrito para recordar en momentos de debilidad, dedicándoselo a cualquiera que se pueda sentir identificado, pero especialmente a ti que hoy te he visto más afectada Mª Carmen, pero podríais ser Cristina o Mary o yo misma e incluso Virginia o Marisa. Así que en esos días tontos podremos acordarnos de la fábula de la luciérnaga que ahora comparto y sobre todo nunca, nunca olvidéis que todas sois luciérnagas!!!

Cuenta una leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía. Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía... Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:- ¿Puedo hacerte tres preguntas?- No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar, contestó la serpiente...!!- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? - preguntó la luciérnaga- No - contestó la serpiente...!!!- ¿Yo te hice algún mal? - dijo la luciérnaga- No - volvió a responder la serpiente.- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?- ¡¡¡Porque no soporto verte brillar...!!!
Moraleja
Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo, ni daño a nadie?Es sencillo es de responder... Porque no soportan verte brillar!!!Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte... porque tu luz seguirá intacta. Tu esencia permanecerá, pase lo que pase..... Se siempre auténtico, aunque tu luz moleste a los depredadores!!

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