ESCRITO SIN CURVAS

Qué fácil es hablar sin que parezca que digo lo que realmente estoy diciendo. Pero es más difícil de lo que puede parecer, encontrar a alguien que realmente crea lo que yo quiero que crea que estoy diciendo.

¿A qué viene este trabalenguas? Porque todo, absolutamente todo tiene un límite y hasta al más paciente se le acaba la paciencia y es lo que me ha ocurrido. No voy a pedir que nadie saque conclusiones de las palabras que yo pueda decir porque espero poder dejarlo suficientemente claro.

Todo ha empezado con la reciente ruptura de pacto, ¿consecuencia de mi dedicación exclusiva al ayuntamiento? No me creo que ese sea el motivo real por el que la concejal de CiU (liberada ella misma durante un año) ha decidido romper el pacto, pero también creo que nunca llegaremos a saber con certeza los motivos reales que le han llevado a ello, se me ocurre que a lo mejor le interesó dejarlo por unas mejores condiciones laborales, por ejemplo, y si hubiera sido así con decirlo habría sido suficiente. Es un motivo tan humano como cualquier otro, en vez de escudarse en un discurso que me merece otra opinión.

Como consecuencia de esa ruptura se ha producido una fracción dentro del grupo municipal de convergencia y uno de los concejales decidió abandonar la formación y continuar en el equipo de gobierno. Algo que se está criminalizando.

Señores, los partidos políticos no son sectas. Por encima de la disciplina de voto, y más cuando el grupo municipal está formado por dos componentes, en este caso sobre la voluntad (o el capricho, empecinamiento,…) de uno, debe prevalecer el sentido común, la coherencia y la responsabilidad conjunta.

Estamos hablando de la política de proximidad, la de un pueblo de 13.700 habitantes (aprox), no del gobierno de la nación.

Se le quiere acusar de tránsfuga y por escrito se le acusa de presunto tránsfuga…¿lo es o no lo es? Uno es transfuga o no lo es, pero no lo puede ser presuntamente ¿No lo decimos por escrito por si acaso incurrimos en un delito porque resulte no ser tal?¿no lo digo yo pero te induzco a que lo pienses tu? ¿A qué narices estamos jugando? ¿A despistar? ¿A hacer creer a la población una situación que realmente no lo es?

Estoy harta de los que tiran la piedra y esconden la mano, de los que encienden el ventilador y ponen mierda para que salpique a todo el mundo sin pensar en las consecuencias que sus palabras pueden causar en quien las recibe y de los que están haciendo que la política, también la local, parezca una fosa séptica donde parece que todo vale. La prueba más reciente de esto es que estos días ya se han traspasado algunas líneas que van más allá de la irresponsabilidad, porque es osado y totalmente desproporcionado comparar la política municipal con lo que está pasando a nivel nacional. Porque es una imprudencia el sólo hecho de insinuarlo y encima más si se publica en el boletín municipal. Podría entenderlo, que no compartirlo, si esto responde a un ímpetu irracional escrito en un momento de ira, algo también totalmente humano, pero del que no se han calibrado suficientemente las consecuencias.

Ya estoy harta de victimismos, de los unos y de los otros, de los que ocultan su falta de voluntad por sumar esfuerzos detrás de discursos facilongos. Harta de los que usan el escudo de la causa social y juegan con temas tan sensibles y delicados como son el paro y las ayudas sociales. Eso no sólo me cansa sino que además me parece asqueroso, ruin y miserable. La solución no se da en los medios, en las redes sociales o en boletines, se da en una mesa de trabajo. Pero para eso de verdad, hay que tener voluntad.

Gobernar no es fácil y cada vez tengo más claro que todas las personas deberían pasar por ello para conocer de primera mano la dedicación y la responsabilidad que requiere. La política local no es un juego, no es un trabajo fijo y sobretodo no es un escaparate.

Afortunadamente cada vez es más difícil engañar a la gente. Porque afortunadamente cada vez cuesta más manipular a las personas y estamos afortunada y esperanzadoramente tendiendo hacía una sociedad de pensamiento libre.

Pero si lo que realmente queremos, o al menos es lo que parece por parte de algunos, es cansar a la gente, aumentar la desafección, que nos metan a todos los políticos en el mismo saco y que piensen que todos somos iguales….entonces, enhorabuena, vamos por buen camino, sólo tenemos que seguir así. Algún día cada uno deberá sacar conclusiones propias de su comportamiento individual.

Ojalá no tenga que hacer más escritos de este tipo.

En otra ocasión explicaré las bondades de la política, que también las tiene y muchas.