lunes, 29 de junio de 2009

JUAN PALOMO

En el escrito de hoy, quiero explicar la historia de dos amigas que un día deciden organizar un evento juntas y de cómo las cosas son como son, depende de cómo las vea cada uno...

Dos amigas, Rosita y Susanita reciben la carta de Pepita en la que les propone dar una sorpresa a su otra amiga, Adelita.
- ¡Oye, que gran idea!- exclama Rosita- estaría fenomenal organizar una fiesta sorpresa a Adelita. ¿La preparamos? Entre las dos seguro que conseguimos algo fantástico.
Susanita asiente encantada y las dos quedan en verse dentro de tres días con ideas para el gran evento.
Durante esos tres días Susanita ha estado muy ocupada buscando información y presupuestos sobre actividades, estilos de música y aperitivos que deberían llevar a la fiesta así como una lista de personas a las que habría que invitar a la misma.
Transcurrido el tiempo, se reúnen de nuevo.
Rosita saca una lista con las cosas que ha preparado. Antes de que Susanita saque la suya empieza a hablar.
- Mira, traigo una lista de canciones que seguro van a encantar a Adelita. No te preocupes de los CD’s por que los he pedido a un amigo que tiene una enorme colección. Él mismo se encargará de la música el día de la fiesta e incluso traerá su propio equipo. Evidentemente tendremos que pagarle por su trabajo.
- Pero, son todos del mismo estilo musical- observa Susanita- en la fiesta habrá gente a la que gusten otros estilos. Además no necesitamos pagar a nadie para que se encargue de la música, lo podemos hacer nosotros mismos...
Sin dejarla acabar Rosita continua repasando su lista.
- También he encargado los aperitivos. Conozco un sitio fantástico, de otro amigo, es caro, pero lo hacen bien. Lo tendrán todo a punto para el día D- dice sacando el ticket de la compra.
- ¡Pero esto es carísimo!- responde Susanita- se nos disparará el presupuesto.
Haciendo caso omiso de su amiga, Rosita prosigue:
- Te vas a quedar parada- dice mientras saca un gran sobre de una caja- Invitaciones personalizadas!!. No he reparado en gastos.
Susanita no puede salir de su asombro mientras ve como su amiga empieza a pasar sobres con los nombres escritos de las personas a las que van destinados.
- Pero estos son tus amigos, no los de Adelita- la sorpresa de Susanita va en aumento. Ni siquiera ha podido exponer sus ideas cuando en un rápido repaso mental visualiza como Rosita ya lo ha hecho todo. Ha encargado la música que tendrán que pagar, ha encargado el aperitivo a un precio mucho más elevado de lo que habrían podido encontrar y se ha gastado un montón de dinero en invitar a gente que la anfitriona jamás ha visto en su vida.
Viendo la cara de su amiga, Rosita no se esfuerza en disimular su incredulidad.
-¿Qué es lo que te parece mal? He pensado en todo-se defiende- No me irás a decir ahora que no estás de acuerdo en hacerle la fiesta a Adelita, ¿verdad?, ¿es eso lo que quieres, que le digamos a Pepita que no estamos de acuerdo?
Cuando por fin calla Rosita, Susanita puede hablar.
- Hace tres días decidimos organizar la fiesta juntas. He estado todo este tiempo trabajando, buscando diferentes alternativas que no nos resultaran muy costosas y que fueran buenas, pensando sobretodo en Adelita. No he querido tomar ninguna decisión hasta que no hubiéramos hablado y llegado a un acuerdo. Eso, habría sido organizar la fiesta juntas. Lo que tu has hecho ha sido ir por tu cuenta, tomar tus propias decisiones sin contar con nadie y importándote poco lo que opináramos el resto.
Y si, quiero hacerle la fiesta a Adelita, pero debe ser su fiesta, no la tuya, no con tus amigos y a tu estilo, no haciendo pagar a los invitados una cantidad de dinero mucho mayor de lo que habríamos conseguido si no te hubieras precipitado.
Rosita, recoge sus papeles y se levanta de la mesa pensando que sabrá su amiga de organizar fiestas conjuntas, con lo bien que lo ha preparado todo, y con la firme decisión de seguir adelante con todo lo que ha pensado.
Y tu, ¿qué piensas de la actitud de Rosita?¿gustará la fiesta a Adelita?¿debería hacer Susanita algo más?
Moraleja: que cada cual saque la suya...los lectores de este blog habéis demostrado sobradamente un gran nivel.

3 comentarios:

  1. Pilar Cardeña Cruz29 de junio de 2009, 12:20

    Muy, pero que muy bueno el cuento o historia, no sé por qué me suena a algo muy cercano al que le pondría nombre, fechas, etc. sin embargo me lo voy a reservar para no herir algunas susceptibilidades.
    Está claro que Rosita tira con pólvora ajena para su lucimiento personal y lo que menos le preocupa es si Susanita está de acuerdo o no, lo mismo que la importa un rábano de si Adelita será feliz con los amigos que ha invitado.
    Susanita la pobre todavía cree en la transversalidad, creía que su amiga Rosita miraba por el conjunto y por dar una verdadera fiesta del agrado de Adelita, la verdadera protagonista.
    Yo, en el lugar de Susanita haría un escrito a todos los amigos de Adelita para que se unieran a la fiesta y haría pública la actuación de Rosita.
    Está claro que Rosita tampoco cree en la participación........, estas actuaciones a la corta o a la larga le reportará algún disgustillo.
    Pilar Cardeña

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  2. Esta muy claro que la protagonista es Rosita, es su fiesta, ella es la estrella y lo ha montado a su gusto, aunque tiene mucho morro pretender que su otra amiga pague una parte de algo en lo que no ha participado.
    Por ultimo esta claro que Adelita no estará contenta con esa fiesta que en nada refleja sus gustos, no estan sus amigos....

    Compartir, trabajar en equipo, consensuar, participar, ... son palabras que para algunos no tienen sentido salvo para maquillar "su propuesta" , y claro despues de esas malas formas de hacer viene "la protesta" y ahí es cuando se enfadan, se enojan, y un largo etcetera.

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  3. Excelente. Simplemente excelente. A buen entendedor pocas palabras bastan.

    Lamentablemente la actitud de Rosita es muy frecuente en nuestra sociedad. Cada día se hacen más cosas pensando de manera egoísta, que pensando realmente en para quien van dirigidas las cosas que hacemos.

    Insisto, excelente. El contenido, la redacción, en fin, todo.

    Jordi

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