martes, 14 de septiembre de 2010

NO ES UNA SIMPLE REFORMA

Ayer escribía sobre la ley que prohibirá fumar en sitios públicos. Hoy me toca escribir sobre otra ley que hace que la anterior sea una pura anécdota. Me refiero, como no puede ser otra manera, a la ley de la reforma laboral. Una reforma que nadie duda de que no fuera necesaria, pero la pregunta que surge, o que por lo menos me surge a mí, es si realmente debía ser de esta manera. Una vez más, y como lamentablemente viene siendo habitual, nos toca pagar a los de siempre, nos lleva una vez más a la derrota de la clase trabajadora ¿Y qué se supone que debemos hacer? ¿Conformarnos? No sé cuantos os habréis leído la reforma. Yo sí lo he hecho. Debo reconocer que hay algunos conceptos que se me escapan, que hay conceptos legales que no domino y por tanto no logro entender, pero lo que sí me ha quedado clarísima es la base. Se nos intenta convencer que la reforma conviene a unos y a otros, trabajadores y empresarios, dos caras opuestas de la misma moneda.
Uno de los cambios más importantes introducido es en cuanto a la extinción de contratos por causas objetivas, es decir, el despido.
Con la ley anterior el tiempo de aviso al trabajador era de 30 días, con la nueva ley pasa a ser de 15 días.
La indemnización se mantiene en 20 días por año trabajado.
Si antes no se seguía el procedimiento formal el despido se declaraba nulo, ahora el despido se declara improcedente y se debe indemnizar con 45 días por año trabajado.
En definitiva, con la nueva ley se da más flexibilidad al despido y se reducen considerablemente las dificultades judiciales ya que el redactado contiene muchas imprecisiones y expresiones ambiguas. Ya no es necesario que la empresa alegue tener pérdidas económicas para justificar un despido, ahora basta con que se garantice que el despido llevará a una mejora de la entidad. Todo esto se traduce en un abaratamiento del despido, reduce los supuestos de nulidad y socializa parte de la indemnización.
Con esta ley queda patente que se culpa al trabajador de la situación de crisis que vive el país, lo que es altamente injusto para la sociedad.
A esta situación nos han llevado los últimos 15 años de barra libre para la concesión de créditos por parte de las entidades financieras y si estas hubieran actuado como lo que realmente son no habría sido necesario aplicar la toallita desmaquillante para sacar a relucir la auténtica y cruda realidad.
Basta ya de que el gobierno nos insulte comparándonos con otros países como Alemania, no existen puntos comunes a los que podamos agarrarnos. En Alemania, al igual que en otros países avanzados de Europa (Suiza, Holanda,..), tienen muchas más ayudas sociales. España está a la cola en otros muchos aspectos. Por ejemplo ponen los pelos de punta los últimos informes PISA, en los que hemos visto que países como Turquía nos han driblado sin inmutarnos.
Quizá la explicación de estos resultados en educación también haya que buscarlos en la nueva reforma. Si yo fuera estudiante, también me lo plantearía. Lo que trae la nueva ley es que con dos licenciaturas, tres idiomas y un máster se cobre la friolera de 800 €! Todo un lujo después de todo lo invertido para llegar ahí.
En definitiva y ya para acabar, concluyo con una frase de Santiago Niño Becerra respecto a la reforma: “Reducir costes laborales, pero no abordar, pienso, los auténticos problemas de la economía española en relación con su factor trabajo, ni los problemas del mercado de trabajo español”. Eso es un resumen de la reforma, ¿vendrá la contrarreforma?

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