lunes, 26 de diciembre de 2011

BRAVO POR LA MARATÓ

Fue hace muchos años en una revisión de vista rutinaria donde le dieron la noticia. Sufría una enfermedad de la córnea, desconocida para ella, pero mucho más frecuente de lo que podía imaginar en ese momento.
Lo peor era el diagnóstico. Una enfermedad progresiva que le iba a hacer perder la vista poco a poco y cuya única solución posible pasaba, llegado el momento, por un trasplante de córnea.
Siempre contó con el apoyo incondicional de su familia y de sus amigos que le ayudaron a superar ese primer momento de impacto.
A partir de ahí se inició una nueva etapa. El primer paso fue la búsqueda de un centro donde poder hacer revisiones periódicas y donde poder llevar el proceso hasta el final.
Afortunadamente, la suerte de vivir cerca de Barcelona donde tan buenos profesionales médicos hay, hizo posible que esa búsqueda culminara con éxito en un espacio de tiempo más o menos breve.
La fortuna hizo que de todos los médicos posibles fueran a dar con el Doctor Justo Nieto y Rosa, su enfermera.
Vinieron luego años muy duros, donde la pérdida de visión era cada vez más patente, donde cada revisión se sentía como una espada de Damocles, porque no se sabía si iba a ser la definitiva o no. Donde cualquier pequeño trabajo suponía un sobre esfuerzo.
Y llegó el día. El diagnóstico del médico fue contundente. Había llegado el momento y no por más esperado o por sabido fue menos duro.
La fecha de la intervención se fijó para el 11 de octubre de 2002.
Unos días que jamás podrá olvidar. Nadie le había explicado que ese día no quería decir que fuera a ser intervenida…en ese día empezaba la espera en el hospital….la espera de una córnea.
Era viernes, como olvidarlo, después de las contundentes palabras de la enfermera al final del día: “Tranquilos, id a casa y volved el lunes. Es fin de semana y seguro que el lunes será posible”.
Y lo fue. 14 de octubre de 2002. Gracias a la donación de alguien, aquella operación fue posible y con éxito.
Después de todo ese tiempo de espera, volvió a recuperar la vista. Una nueva vida se abrió ante ella. Aprendió lo que significaba el altruismo en su más pura esencia. La generosidad de una familia que ante la pérdida, seguro de un ser querido, fue capaz de donar los órganos para salvar otras vidas o como mínimo para mejorar la calidad de vida de otras personas. Un momento seguro que nada fácil.
Esto supuso su primer punto de inflexión.
Hoy, casi diez años después, esa chica puede mirar de frente a la vida y sonreír. Puede gritar que ha conseguido mucho más de lo que jamás había imaginado. Acabó los estudios, trabaja en lo que le gusta y además actualmente también es concejal de Hacienda y Medio Ambiente del Ayuntamiento de la Llagosta.
Esta podría ser la historia de miles de personas, pero es la mía, la que yo he vivido en primera persona, la que me enseñó a ver la vida de otra manera. La que me mostró que significa el apoyo incondicional de unos padres, los míos en este caso, su lucha hasta el final porque yo recuperara la vista, la búsqueda incansable de quien pudiera obrar el “milagro”, su disposición a hacer lo que fuera necesario, una experiencia que sin duda crea unos lazos de complicidad irrompibles por mucho que se pueda llegar a vivir. El encuentro con el Dr. Nieto, al que por muchos años que pasen siempre estaré agradecida porque por el tengo hoy uno de los sentidos más importantes, porque fue la primera persona a la que vi, después de que me quitaran la venda que me había envuelto los ojos durante dos días y Rosa, la enfermera que estuvo a mi lado desde el primer día hasta el último, a lo largo de todos los años, la que me dio la mano el día de la noticia, la que me dio el abrazo más fuerte justo cuando lo necesitaba y a la que nunca, nunca le faltaron palabras de ánimo, de la que hoy aún puedo presumir de seguir manteniendo una buena relación.
Por ese motivo, a pesar de siempre apoyar las campañas de la Marató, la de este año, me afecta especialmente y quiero agradecer a todas las personas que han colaborado para que se recaude la cantidad que se ha hecho. Porque es un grito a la esperanza y porque cuando ya todo está perdido esa persona a la que queremos aún puede hacer algo por el resto, siempre y cuando la familia lo consienta…y por supuesto, ¿Donante? Siempre, sin dudarlo.

3 comentarios:

  1. Te deseo un Feliz 2012, lleno de utopías, fuerza, ilusión y corazón mucho corazón.
    Un abrazo solidario y recuerda la arena del desierto en tus zapatos.

    Rafa

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  2. sabia que tenias algo especial,me alegra ser un poco amiga y espero compartir mas dias ,un beso muy muy grande .Paqui

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  3. Rafa, sobretodo corazón, ese no debe faltar para que exita todo lo demás. En cuanto a la arena del desierto, decirte que no he sacudido las deportivas, pero si lo hiciera, esa arena ha calado tan, tan hondo que va a ser muy dificil sacudírmela de encima.

    Paqui, no eres un poco amiga...eres mucho más y lo sabes. No dudes que compartiremos más días.

    Un abrazo solidario a los dos y shukran por haberme dejado subirme a este barco con vosotros y del que espero no desembarcar nunca.
    Ojalá este sea el año que de una vez por todas podamos celebrar la libertad del Sahara.

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