domingo, 21 de abril de 2013

JUNTS/ES PODEM CANVIAR-HO TOT

Tengo un escrito preparado para el blog desde hace ya algunos días pero no acaba de tener el enfoque que quiero darle. Casi cada día le hago un pequeño retoque. El último fue ayer por la noche. El motivo de tantos cambios son los diferentes puntos de vista que le voy dando a diario. Lo explico en él y lo entenderéis cuando lo leáis, si es que finalmente he conseguido trasladar mi propósito. Ya está casi listo, así que espero poderlo publicar a lo largo de esta semana.

Ahora, aprovechando la circunstancia que desde el pasado viernes y hasta hoy, se ha celebrado la décima asamblea de ICV, en este escrito quiero compartir otra reflexión, y su razón principal son varios “tuits” que he leído y algunos comentarios que últimamente se escuchan en torno al origen de los políticos. Frases como: “El gobierno debe volver al pueblo” o “los políticos deben salir de la calle”….y otras similares son la causa.

Si los personalizo y entendiendo que mucha gente me ve como política porque es a lo que me dedico, me pregunto de dónde pensarán que he salido, dónde pensarán que he vivido hasta mi pertenencia a ICV.

La respuesta es que me dedico desde hace relativamente poco a la política, no diré que me mantuviera al margen de ella, siempre la he seguido con interés y seguro que en el futuro lo seguiré haciendo, pero hasta entonces he vivido en la misma casa de toda la vida y en la que sigo y seguiré viviendo, si nada cambia, he participado de manera activa en varias entidades y colaborado con otras tantas cada vez que era necesario. He jugado en las calles del pueblo, comprado en sus tiendas, pasado largas tardes en la plaza. En definitiva, no he hecho nada diferente de lo que haría cualquier vecino.

Pero un día me surgió la posibilidad de unirme al proyecto de ICV, y lo hice. Y fue así porque fueron claros desde el principio, porque no me ofrecieron nada a cambio ni me prometieron nada, sólo la oportunidad de formar parte de su proyecto.

Desde entonces he pasado de ser vecina a ser política a los ojos de algunos. Si me preguntáis, os diré que no sé lo que es ser política y lo digo de verdad. La diferencia es que simplemente un día decidí levantarme del sofá y contribuir de manera activa a cambiar aquello que yo creía que se podía hacer de otra manera. A sumar esfuerzos en una formación con la que compartía ideología y valores, en la que encontraba respuesta a algunas de mis inquietudes y una vía para poder dar solución a problemas reales.

Y justo eso es lo que he visto este fin de semana. He reafirmado los motivos por los cuales pertenezco a ICV y me he sentido orgullosa de poder formar parte de este proyecto.

No es una utopía, no nos engañemos. En una asamblea con más de 1.000 personas, no pueden tener todas la misma opinión. Ni eso tendría ningún sentido. Esa versatilidad es precisamente lo que ha enriquecido el debate junto a la realidad de cada delegación a lo largo de todo el territorio.

Ha sido una asamblea donde se han oído voces de diferentes tonos y acentos, donde se han debatido ideas y maneras diferentes de entender las cosas, donde ha habido protestas y reivindicaciones, donde ha habido negociaciones y enmiendas, donde se ha votado con libertad, donde ha habido agradecimientos y recuerdos para los que nos han allanado el camino después de largas luchas para que podamos hacer todo esto, justamente en libertad, donde se ha dado la palabra a plataformas sociales y a todo aquel que ha tenido algo que decir.

Y todas estas personas que han asistido a la asamblea viven en un pueblo, en una ciudad, en un barrio, son vecinos de alguien, son trabajadores y orgullosos de serlo, personas cercanas y accesibles, sin divos ni divas, empezando por los primeros…y todos tienen en común el moverse con una misma inquietud, la de cambiar las cosas para mejorarlas. Personas todas, que un día en sus casas decidieron levantarse del sofá y sumar esfuerzos y a pesar de las críticas de los que siguen sentados, continúan la lucha hacia una sociedad más justa, más igualitaria, más solidaria y más ecológica.

En definitiva, con todo esto sólo quería trasladar la buena sensación con la que he acabado esta asamblea.

Seguramente este escrito es fruto de esa buena sensación, de las buenas vibraciones que allí había, del optimismo y del orgullo, con lo identificada que me he sentido en los proyectos y con lo que me gusta sumar esfuerzos en esta línea.

Y sobre todo me ha gustado el lema de la misma: Junts, juntes podem canviar-ho tot.

Empieza una nueva etapa con dos coordinadores: Joan Herrera y Dolors Camats.

Una nueva etapa llena de ilusión, optimismo y creencia de que otra manera es posible y de que entre todos lo conseguiremos. Si no lo creyéramos, nada de todo esto tendría sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario