jueves, 14 de abril de 2011

ACTO 80 ANIVERSARIO PROCLAMACIÓN II REPÚBLICA

Hoy os adjunto el manifiesto que ICV-EUiA ha leído esta tarde en la Plaza Antoni Baqué con motivo de la celebración del 80 aniversario de la II República:


Buenas tardes a todos y a todas. Bienvenidos y gracias por conmemorar con ICV-EUiA, como cada año, el aniversario de la II República. Muy especialmente este año, donde la efeméride es más especial. Hoy se cumplen 80 años de la última vez que el pueblo soberano escogió libremente cuál debía ser el sistema político que le representaría. Desde entonces no ha habido una elección tan importante donde la sociedad pudiera escoger sin miedos y sin presiones. Estamos en una semana donde se realizan numerosos actos para recordar este hecho histórico. Aquí y fuera de aquí, cada vez más poblaciones se suman a este homenaje pero también… …esta semana nos sorprendíamos al leer que Zapatero incorporaba, en uno de sus discursos, algo tan inverosímil como desacertado, que Manuel Azaña estaría orgulloso de la España actual. Y nosotros le diríamos a Zapatero que no creemos que una persona que dedicó su vida a los progresos sociales y a luchar por los más pobres estuviera orgulloso de la España del recorte, la España de la jubilación a los 67 años, de la España de la corrupción, de la España del paro juvenil, la España del no al Estatut, la España que procesa a jueces por impartir justicia, una justicia acallada por una transición que perpetúa en el poder al sucesor de un dictador y al nieto de un Rey exiliado por vender al pueblo. Creo que AZAÑA, simplemente, estaría en desacuerdo con una Monarquía parlamentaria que protege a unos pocos y se olvida de muchos, muchísimos. Para empezar AZAÑA gobernaba en una España dónde su constitución empezaba de la siguiente manera: Artículo 1. España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo. La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. La bandera de la República española es roja, amarilla y morada. Este artículo emana justicia social, democracia participativa, derechos autonómicos y federalistas, este artículo nos expresa y resume el espíritu de nuestra querida República, donde la mujer consiguió su voto, donde el pueblo aprendió a leer, donde los ricos no eran tan ricos y los pobres ya no eran tan pobres, donde la justicia social se transformaba en la insignia política y no en una utopía insalvable. Donde nació nuestro querido municipio LA LLAGOSTA. La Llagosta, un pueblo que hoy más que nunca necesita recuperar estos valores que describe el artículo que he citado. Un pueblo al que le han robado el poder de decisión, la justicia social y la posibilidad de participar en los diferentes escenarios de debate. La Llagosta necesita recuperar los valores del republicanismo, no mirando hacia atrás sino caminando hacia adelante. Porque el republicanismo no es pasado, aparece hoy como un valor social emergente, asociado a los jóvenes. Éstos se declaran mayoritariamente republicanos. El republicanismo es un pensamiento político y una opción ideológica. No supone ninguna utopía y, por ello, desde La Llagosta, proclamamos nuestro firme y decidido trabajo en defensa de una III República que atienda a los valores de solidaridad en el marco de un Estado Federal y democrático. La lucha por la República es un modo de materializar nuestro convencimiento de que otro mundo posible. Nuestro compromiso alternativo y transformador, nuestra voluntad de cambiar este sistema encuentra en el republicanismo una expresión política concreta. Miramos hacia el futuro, pero tomamos lo mejor del pasado. El primer fundamento del republicanismo está basado en el desarrollo de los derechos ciudadanos básicos de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Libertad desde el concepto de garantizar las condiciones materiales para que la persona tenga autonomía. Igualdad desde la extensión de esos derechos a todas las personas. Fraternidad desde el concepto de solidaridad y conciencia de clase. Libertad, igualdad y fraternidad constitucionalizan a las personas. Los ciudadanos ya no pueden ser mercantilizados. El republicanismo democrático significa universalizar para todos la libertad. Su segundo fundamento consiste en apostar por un orden social dependiente de la responsabilidad ciudadana. Debemos plantar cara al secuestro de lo político en el actual sistema de representación. Debemos afrontar la fractura entre representantes y representados y luchar contra ella. Es esto lo que se pretendía con el DEBAT de la CIUTAT, pero en manos de aquellos que no creen esto se convierte en papel mojado y mayor desafección política. El republicanismo cívico, con gran tradición política, enlaza con lo más innovador de nuestra sociedad actual: la impugnación a nuestro actual modelo social. Por ello, es preciso establecer una nueva refundación de la democracia. Un nuevo renacimiento cuyo fin sea la devolución del poder al pueblo y la repolitización de la sociedad. Apostamos por el republicanismo como compromiso ético por el interés de todos: la virtud cívica, el derecho y deber de estar informado, la tolerancia, el respeto a la pluralidad y la confianza en la acción colectiva para cambiar las cosas. En definitiva estamos convencidos de que el modelo de La República ha demostrado y demostrará ser el modelo más justo socialmente y el que acerca más la política al pueblo. VIVA LA REPÚBLICA Y VIVA LA LLAGOSTA!!!

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