sábado, 7 de mayo de 2011

ANTE TODO DIGNIDAD

Esta semana he recibido dos cartas de aquellas que aún llegan en papel y sobre, como las de antes.
La primera de un chaval de veintipocos. Lo primero que me pregunta es qué por qué no he ido este año a visitarlos. Me dice que se acuerda mucho de mí. Que espera que estemos bien mi familia y yo. Me explica, que él y su familia están muy bien y me agradece las cartas que yo le he enviado. Acompaña el escrito un paquete con muchas pulseras, anillos y collares, que seguramente no me voy a poner nunca pero que guardo con mucho cariño.
La segunda la he recibido hoy mismo…es una foto y no unas letras como es lo habitual. Una foto que me ha hecho estremecer de alegría. Las letras no hacen falta esta vez, además siempre acaba diciéndome que reza mucho a Dios para que yo esté bien.
¿Por qué son tan especiales estas cartas? Porque las personas que las escriben son especiales.
La primera es de Mulay, un joven saharaui que conocí durante mi viaje a los campamentos, con el que compartí muchísimas horas de conversación y al que recuerdo con mucho afecto.
La segunda es de Roja, una preciosa niña india de 12 años a la que apadriné hace ya cuatro. No tengo el placer de conocerla en persona pero es una idea que no descarto y que valoro ya mucho tiempo.
Las dos de personas residentes en lugares muy diferentes pero que comparten una misma y cruda realidad. Lo que más me conmueve es que los dos tienen un momento de sus largos días para acordarse de mí y rezar por mi salud... Ellos que no tienen nada. Ellos que unas simples lluvias los dejan sin hogar. Ellos que comen como si fuera la última vez porque no saben si tendrán ocasión de hacerlo más. Ellos que no tienen nada material pero que les queda algo que muchos “desarrollados” han olvidado. DIGNIDAD, así con mayúsculas.
Por eso, cuando me pasa como hoy y me viene una de esas personas que se autodenominan civilizados por el simple hecho de vivir en un país que se considera como tal, dándome gritos y lanzando acusaciones falsas porque alguien le ha dicho que lo haga. Cuando lo único que busca es una respuesta por mi parte en el mismo tono para a continuación poder acusarme de mi tono…sólo consigue llevarse de mí…nada a parte de lástima y una respuesta lo más serena posible.
Para mí no es fácil. Me cuesta tener que contar hasta tres (hoy en concreto ha sido hasta diez), una profunda rabia y un tremendo dolor de cabeza que a pesar del paseo que he decidido salir a dar para despejarme, no he conseguido superar. Por un momento he temido recuperar aquel pronto que tanto trabajo me ha costado mantener a raya.
Rabia. Porque no puedo entender lo barata que alguna persona puede vender su alma. Porque no puedo entender la falta de criterio y de sentido común. Porque considero que lo más valioso que tiene cualquier persona y que debería ser lo más caro de vender es la dignidad y porque me cuesta creer que alguien sea capaz de hacer el ridículo más espantoso y caer lo más bajo posible a cambio de una palmada en la espalda. Lo siento, no lo puedo entender.
Y sobre todo porque, hasta que no se demuestre lo contrario, soy humana y como tal aunque alguien crea que es patrimonio propio, también tengo sentimientos y también sufro y también hay cosas que me afectan pero qué le vamos a hacer también tengo la mala costumbre de afrontar la vida en positivo y reírme y poner buena cara al mal tiempo y por esta filosofía de vida que un día decidí adoptar me cuesta exteriorizar un enfado o un mal humor y por eso cuando sale es porque el vaso ha rebosado y el vaciarlo requiere un tiempo.
Estoy segura de que mañana, cuando me levante, el dolor de cabeza habrá desaparecido porque ya habré tenido tiempo de asumir que la lamentable lista de personas que no saben vivir la vida a su manera, se estará frotando las manos con un nombre más.
A mis niños del Sahara y la India hoy les tengo más presentes que nunca y mi admiración va por ellos por defender a capa y espada su dignidad con lo que se denomina erróneamente, orgullo y en estos momentos me alegro de que no vivan en esta parte “civilizada” del mundo. No lo podrían entender.

1 comentario: